Los políticos también dimiten

  • Factores como la inmediatez y la "recolocación" minimizan el impacto negativo.
  • Dimitir conlleva para algunas personas quedarse sin alternativa profesional.
  • El diputado socialista Luis López presentó su dimisión al estar "lleno de remordimientos" por no "verse útil" para los ciudadanos en su cargo.
Camps (C.Valenciana), Francisco Javier Fernández Perianes (Extremadura), Juan Sánchez (Casares), Alejandro Ramírez del Molino (Extremadura), Benigno López (Galicia) y Luis López (Almería) han dimitido.
Camps (C.Valenciana), Francisco Javier Fernández Perianes (Extremadura), Juan Sánchez (Casares), Alejandro Ramírez del Molino (Extremadura), Benigno López (Galicia) y Luis López (Almería) han dimitido.
20MINUTOS.ES
Camps (C.Valenciana), Francisco Javier Fernández Perianes (Extremadura), Juan Sánchez (Casares), Alejandro Ramírez del Molino (Extremadura), Benigno López (Galicia) y Luis López (Almería) han dimitido.

Una serie de dimisiones de políticos en los dos últimos meses ha roto la media de estas decisiones atípicas en este ámbito, una situación que lleva a preguntarse si el "aquí no dimite nadie" puede estar llegando a su fin.

Ejemplos destacados han sido los del Valedor do Pobo (Defensor del Pueblo gallego), Benigno López y sus declaraciones sobre la Ley de Dependencia o los consejeros extremeños Alejandro Ramírez del Molino y Francisco Javier Fernández Perianes con sus negocios al margen de su actividad política. También ha tenido que dejar el cargo el edil de Casares (Málaga) Juan Sánchez, acusado de colaborar con la mafia rusa para blanquear dinero.

A todos les une la política como profesión y el prefijo ex- al comienzo de sus cargos, una consecuencia directa de sus dimisiones que, aglutinadas en dos meses, han roto la media de este tipo de situaciones (atípicas) en la vida política española.

Debido a la ausencia de regulación y también de hábito, las dimisiones provocan terremotos políticos cuando saltan a una opinión pública que se sorprende mientras que, paradójicamente, exige un gran número de renuncias que en muchas ocasiones se quedan en el camino.

¿Qué ha pasado para que en las últimas semanas asistamos a más renuncias que en los últimos años? ¿Hasta donde llega la legislación a la hora de regular este fenómeno? ¿Por qué la dimisión no es una opción habitual en España? Algunos de los que trabajan diariamente con este tipo de situaciones advierten: el "aquí no dimite nadie" puede haber llegado a su fin.

Camps pagó la trama Gürtel

"Voluntariamente ofrezco mi sacrificio para que Mariano Rajoy sea el próximo presidente del Gobierno", así justificó el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, su dimisión el pasado julio por su implicación en la trama Gürtel, una renuncia que, con enorme expectación, puso fin a un largo proceso dentro del escándalo por la supuesta trama de corrupción que ha salpicado a la Comunidad Valenciana. Fue la que más repercusión obtuvo, y en una posible guía sobre renuncias políticas, con las que se compararían todas las demás como ejemplo de lo que no se debe hacer.

Así lo consideran el catedrático de Derecho de Trabajo de la Universidad Rey Juan Carlos Antonio Sempere y el profesor de Psicología del Trabajo de la Carlos III Luis Aramburu-Zabala, quienes aseguran que factores como la inmediatez y la "recolocación" minimizan el impacto negativo que incorporan las dimisiones.

"Es síntoma de madurez cívica que en el momento en el que salen a la luz cosas claramente anormales se dimita por la presión social" afirma Sempere, mientras que Aramburu-Zabala destaca el impacto negativo que puede tener para el partido, una "gran familia" -en el caso español- a la que puede no venirle tan bien la renuncia de "uno de los suyos". "Como es uno de los nuestros tiene que ser recolocado o resituado, pero no desaparecer. Se resume en: si cae uno de los nuestros, todos caemos", explica.

Tarea ciudadana

"Las causas de la dimisión no están reguladas por Ley, pertenecen a la conciencia política de cada momento", bajo esta premisa expuesta por Sempere, queda en manos de la sociedad ejercer la presión que puede llevar a la dimisión de los cargos que fueron electos por los ciudadanos.

Diputados, senadores, concejales... solo las condenas judiciales pueden prescribir la inhabilitación, por lo que son aquellos que han otorgado la posición pública los únicos que pueden conseguir que se revoque.

La plataforma online Change.org, con una victoria por semana de media, se encarga de gestionar gran parte de estas peticiones, creadas por los propios usuarios.

Su portavoz, Albert Medrán, basa el éxito de la web en la simplicidad del proceso: darse de alta, elegir a la persona u organismo al que dirigir la petición y argumentar la misma, que posteriormente se envía al destinatario. Toda una evolución en este tipo de demanda ciudadana, que hasta ahora se basaba en presentar una iniciativa legislativa popular en el Congreso sin garantías de que ésta fuera tramitada.

La web ofrece una serie de consejos e ideas a los creadores para favorecer el apoyo a su iniciativa, aunque, según reconoce, un mayor número de firmas no implica necesariamente el éxito de la propuesta. "No siempre se consiguen las dimisiones de los políticos por las peticiones, depende mucho el por qué lo pides, cómo lo argumentas..." Medrán resalta el contexto como un elemento clave a la hora de que triunfe una iniciativa de este tipo, como las "declaraciones desafortunadas" o una gestión nefasta.

Acto voluntario

La buena voluntad personal del político es la única garantía de que responderá a aquellos que exigen su renuncia, aunque también depende mucho de quien provengan las críticas. Es la opinión de Aramburu-Zabala, que asegura que el contexto de "debates, acusaciones e increpaciones bastante fuertes" en el que se producen las renuncias hace que dimitir "signifique aceptar todo el ataque y la crítica" que se ha hecho.

Hollande obligará a sus ministros a dimitir si pierden las próximas elecciones. Pero no es necesario llegar hasta el Elíseo para encontrar la falta de servicio al ciudadano como motivo de renuncia. El diputado socialista por Almería Luis López presentó su dimisión a finales de marzo al estar "lleno de remordimientos" por no "verse útil" para los ciudadanos en este cargo.

Benigno López, Alejandro Ramírez del Molino, Francisco Javier Fernández Perianes y Juan Sánchez tienen por delante un futuro amplio que solo se ve limitado por un detalle, según Aramburu-Zabala: "en España la profesión de político es una profesión".

Dimitir conlleva para algunas personas sin otra alternativa profesional quedarse en el paro, algo que les frena a la hora de tomar esta decisión. El fracaso, la autoestima, se unen a lo que considera el "componente práctico" que está siempre presente en las decisiones laborales.

Qué pasa después de renunciar al cargo es también una reflexión de Sempere, sobre todo con aquellos cuyo motivo de dimisión "navega a su favor"; cuando lo que ha dado lugar a su desaparición finalmente no es respaldado por una sentencia judicial, como en el caso de Camps, absuelto por el Tribunal Superior de Valencia, y aún sin destino dentro del PP.

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