Un año después de las cargas en plaza Cataluña, el 15-M denuncia una "escalada represiva"

  • En un manifiesto leído en plena plaza Cataluña han denunciado que aquellas cargas no fueron un hecho aislado, sino el inicio de una política de acoso.
  • Recuerdan que el discurso del Departamento de Interior catalán "se ha endurecido con terminología de guerra".
  • Consideran la web de delación ciudadana como una de las "iniciativas de inspiración franquista", enmarcada en la "deriva represiva" del Gobierno catalán.
Imagen correspondiente a los altercados del pasado 27 de mayo de 2011 en la Plaza Cataluña de Barcelona, en la que miembros de la acampada del 15-M, que fue desmantelada, intentan tranquilizar a los antidisturbios.
Imagen correspondiente a los altercados del pasado 27 de mayo de 2011 en la Plaza Cataluña de Barcelona, en la que miembros de la acampada del 15-M, que fue desmantelada, intentan tranquilizar a los antidisturbios.
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Imagen correspondiente a los altercados del pasado 27 de mayo de 2011 en la Plaza Cataluña de Barcelona, en la que miembros de la acampada del 15-M, que fue desmantelada, intentan tranquilizar a los antidisturbios.

El movimiento de indignados ha denunciado este domingo la "escalada represiva" emprendida por el Departamento de Interior cuando se cumple un año de las cargas policiales en la acampada del 15-M en la plaza Catalunya de Barcelona, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo.

En un manifiesto, que han hecho público en una rueda de prensa en la misma plaza Cataluña, los indignados consideran una "resolución burlesca" el archivo de la causa judicial abierta para investigar las cargas del pasado 27 de mayo, que han recurrido en la Audiencia de Barcelona.

En la causa, que se abrió a raíz de la querella interpuesta por una cincuentena de indignados afectados por las cargas policiales, estuvieron imputados el director general de los Mossos d'Esquadra, Manel Prat, y la ex teniente de alcalde de Barcelona Assumpta Escarp, pero el pasado mes de marzo el juez instructor acordó archivarla al concluir que la actuación policial fue proporcionada.

Balance de la situación

En rueda de prensa, Guillermo Rojo, portavoz de los querellantes, ha hecho un balance "agridulce" de la investigación judicial, ya que, en su opinión, si bien fue muy importante la imputación de los responsables de las cargas policiales, la causa "se archivó en falso" sin ni siquiera tomar declaración a los denunciantes.

En opinión de Rojo, la "escalada represiva" contra la movilización social demuestra que las cargas policiales en la plaza Catalunya de Barcelona no fueron un hecho aislado, sino el inicio de una política de acoso a la protesta que "ha ido creciendo" en el último año.

En su manifiesto, los indignados denuncian que "la legislación de excepción, tan aplicada en el País Vasco, se ha instalado en el discurso mediático y político y en la praxis judicial, con una deriva que nos lanza hacia un estado totalitario".

En ese sentido, el manifiesto recuerda que el discurso del Departamento de Interior "se ha endurecido con terminología de guerra", con expresiones como "enemigo, ratas o vándalos" para descalificar la contestación social, mientras "la policía recurre al uso de gases o pelotas de goma para disolver las protestas".

La web de delación ciudadana para identificar a sospechosos de actos de violencia callejera supone, para los indignados, otra de las "iniciativas de inspiración franquista que se enmarca en la deriva represiva de la consellería de Interior".

El portavoz de los querellantes ha acusado al conseller de Interior, Felip Puig, de mantenerse en una "posición enrocada y radical" en su criminalización de los movimientos sociales, con lo que, a su parecer, demuestra que "el único antisistema es él".

Algunos de los querellantes se han concentrado este domingo en la plaza Cataluña de Barcelona en recuerdo al intento de desalojo de la acampada de indignados de hace un año, que la policía justificó en la necesidad de limpiar la plaza de elementos peligrosos de cara a una celebración futbolística del día siguiente.

Por ese motivo, los indignados concentrados han llevado una pelota para escenificar un partido de fútbol simbólico, que enfrentara a los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra contra un equipo compuesto por ciudadanos, con el arbitraje del juez instructor.

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