El presidente de Bancaja, José Luis Olivas, ha presentado este lunes su dimisión durante el consejo de administración urgente que había convocado para las 19h de esta tarde.

Olivas, que deja también su puesto en la Fundación Bancaja, ya había dimitido el pasado noviembre como vicepresidente del Banco Financiero y de Ahorros (BFA) y de Bankia, después de que el Banco de España interviniera al Banco de Valencia, en el que Bancaja tenía un 27%.

El ya expresidente de Bancaja ha recordado durante su intervención en el consejo de administración que la entidad "fue invitada" en mayo de 2010 a participar de un SIP y que ha sido objeto de varias auditorías tanto por el Banco de España como por empresas externas y ha afirmado que es consciente de que durante estos ocho años "han ocurrido cosas difíciles de explicar y de entender en este momento".

Ha añadido que no hay que olvidar "que hemos pasado en España y en la Comunitat Valenciana de una larga época de gran crecimiento económico, a otra en la que nos encontramos ahora y en la que estamos sufriendo la crisis económica más grave, probablemente desde los años cuarenta".

Antonio Tirado ha sido elegido presidente en funciones de Bancaja, un nombramiento que lleva aparejado el de la presidencia de la Fundación Bancaja, según han informado fuentes de la entidad. Tirado era en la actualidad vicepresidente primero de Bancaja, una entidad que copresidió entre 1991 y 1993 y de la que también fue presidente entre febrero de 1997 y marzo de 1998.

El consejero de Bancaja y ex presidente de la patronal autonómica valenciana Cierval, Rafael Ferrando, manifestó a la entrada al consejo de administración de la entidad financiera que la misma pasará a ser en los próximos meses "una fundación, por lo que la presidencia va a ser transitoria". Ferrando ha indicado que la dimisión de José Luis Olivas como presidente de Bancaja, que se hizo efectiva en dicho consejo de administración, "era una tema que estaba pendiente".

El secretario general del PSOE valenciano, Ximo Puig, ha confirmado este lunes que los consejeros socialistas de Bancaja votarán en contra de la elección Antonio Tirado como presidente de la entidad porque, a su juicio, lo "quiere imponer una vez más el PP".

El diputado socialista considera un "despropósito" intentar situar al frente de la citada entidad al todavía vicepresidente primero, Antonio Tirado, quien está imputado por los delitos de falsedad contable, administración desleal y delito societario por su gestión en Banco de Valencia.

Dicho esto, el socialista valenciano ha apuntado que la dimisión de Olivas no tiene "ninguna relevancia" porque es "el punto final" de una gestión que ha calificado de "desastrosa" y de la que ha responsabilizado directamente al PP.

Según ha abundado, éste es el final de un proceso que se inició en el año 1997, cuando el entonces presidente valenciano, Eduardo Zaplana, decidió "apropiarse" de las cajas valencianas hasta tal punto que su sucesor, José Luis Olivas, acabó siendo presidente de Bancaja.

"El resultado final es el de una catástrofe para la Comunidad Valenciana", ha resumido Puig, quien ha insistido en que existe "un responsable claro" de este conjunto de "despropósitos" que no es otro que el PP. "No hay más herencia que la herencia del PP desde el 97, cuando cambió la Ley de Cajas", ha apostillado.

La imputación de Olivas y otros veintiséis directivos del Banco de Valencia acusados de formular cuentas falsas ya reactivó en marzo los rumores sobre el cese inminente del banquero como presidente de Bancaja, que había resistido durante meses las presiones para dejar vacante su último cargo.

Además, el pasado lunes, una junta extraordinaria de accionistas del Banco de Valencia acordó emprender acciones judiciales para depurar responsabilidades de algunos de los antiguos responsables de esa banco, entre ellos Olivas, y del actual vicepresidente, Antonio Tirado.

Olivas llegó a la presidencia de Bancaja en enero de 2004 tras dejar la Presidencia de la Generalitat en el periodo de transición entre la salida de Eduardo Zaplana para ser ministro de Trabajo y la llegada de Francisco Camps tras las elecciones autonómicas.

El beneficio neto individual de Bancaja en 2010 ascendió a 102 millones de euros, con un descenso del 33,9% respecto al ejercicio anterior, tras dotar 1.004 millones de euros para sanear activos y para las prejubilaciones previstas tras la integración en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA).

El resultado de explotación fue un 18,6% superior, hasta alcanzar los 326 millones de euros, durante 2010, el último ejercicio antes de comenzar a operar en el Banco Financiero y de Ahorros, que agrupó a Bancaja y Caja Madrid, y las cajas Insular de Canarias, Laietana, Ávila, Segovia y Rioja, y que dio origen a Bankia.