En esta situación se encuentran casi 400 establecimientos coruñeses, que no están dispuestos a mover un ladrillo «hasta que la legislación diga qué medidas de separación son válidas y cuáles no», afirma Eliseo Calviño, presidente de la Asociación de Hostelería de A Coruña.

A la lentitud de los trámites oficiales y a la negativa de dueños de los locales a hacer reformas, se suma la inexistencia de ayudas que había prometido la Consellería de Industria, según denuncian los hosteleros.

Pero la Xunta, lejos de mostrarse flexible a las demandas del sector, les insinuó la pasada semana que la prohibición de fumar puede extenderse a todo el local. Lo hizo en una reunión con los hosteleros gallegos, en la que anunció además que intensificaría los controles a los locales –las sanciones oscilan entre 601 y 10.000 euros–. Sin embargo, Turismo y Sanidade coinciden en lo impopular de la medida.

Protestas en la calle

La tensión en la hostelería es tal que «es posible que, por vez primera, este sector salga a la calle», advirtió ayer Calviño tras reunirse con la patronal en Madrid.

Aunque para protestar así habrá que esperar hasta mediados de septiembre: «En agosto estamos hasta arriba de trabajo», dice Calviño.

Marcha atrás para Madrid y Valencia

Los representantes de la hostelería del Estado se reunieron ayer en Madrid, donde manifestaron su incertidumbre ante la aplicación de la ley antitabaco. El Gobierno recurrirá las normativas que ya habían elaborado las comunidades de Madrid y Valencia, y que se mostraban permisivas con el sector hostelero. Así que, como medida excepcional, propondrán a Sanidad una nueva moratoria a partir de septiembre «porque lo que es imposible, es imposible», aseguran.