El futuro de la Unión Europea: retos para un cambio de ciclo

François Hollande, presidente electo, da un discurso en la Plaza de la Bastilla tras su victoria electoral.
François Hollande, presidente electo, da un discurso en  la Plaza de la Bastilla tras su victoria electoral.
YOAN VALAT / EFE
François Hollande, presidente electo, da un discurso en la Plaza de la Bastilla tras su victoria electoral.

Pocas veces unas elecciones habían pesado tanto en la UE. La victoria del socialista Hollande en Francia el pasado domingo es también el triunfo de un discurso que choca contra la doctrina Merkel. Y –apuntan los expertos– puede traer consigo un balón de oxígeno para España. La UE se juega en varios frentes un cambio de giro político y económico:

Elecciones. Las ya celebradas (Francia) no serán menos importantes que las que están por llegar. Merkel tiene por delante un año intenso antes de enfrentarse a las urnas en un momento donde en Europa "el elector está echando la culpa al que está en el poder", sostiene Santiago Herrero, profesor de Promoción Empresarial de la UE en la Politécnica de Madrid. Holanda, "primo pequeño de Alemania", tiene cita con las urnas en septiembre, y al margen de cambios de Gobierno, Europa está viendo cómo los partidos de ultraderecha se cuelan en los parlamentos.

Eje franco-alemán. La victoria de Hollande "va a tener efectos, sobre todo ante la firmeza de Alemania con la austeridad", explica Antonia Calvo, catedrática de Economía Aplicada de la UNED. Para los expertos, el nuevo presidente francés presionará para suavizar el discurso de Merkel, algo que podría traducirse en conseguir tiempo (retrasar un año, por ejemplo, los objetivos de _déficit). Y aquí entran en juego países como España, para la que sería positivo "levantar la mano con el déficit". En un clima como el actual, "todos lo van a rentabilizar en las próximas elecciones", añade Herrero, que recuerda "el disparate que supone la receta de austeridad y solo la austeridad" contra la crisis económica.

El aviso de Merkel. La canciller alemana ya dejó ese lunes mismo el primer aviso para Hollande. Tras declarar que lo recibirá "con los brazos abiertos", Merkel fue tajante: el pacto fiscal es "innegociable". Su reunión tendrá lugar el 16 de mayo. Con todo, Herrero recuerda que en los últimos días tanto el Gobierno alemán como el propio Draghi (BCE) "han soltado pistas y luego han echado el freno". En ese discurso donde sobrevuelan recetas de todo tipo, la propia Merkel ya ha hablado de una agenda del crecimiento que hasta hace muy poco parecía muy lejana a su postura oficial. A lo largo de este año, la canciller tendrá que hablar en su país (sus votantes) sin permitirse el lujo de perder el timón europeo al mismo tiempo.

El efecto Hollande. Hollande jugará desde ya con su baza de la apuesta por el crecimiento y el empleo. Los expertos recalcan que ahora "aprovechará el tirón", ya que tiene por delante cinco semanas antes de unas nuevas elecciones (legislativas) en Francia. Paralelamente, mantendrá su primera cumbre con Merkel. "Si se ven a finales de mes, probablemente a principios de junio ya sabremos hacia dónde apunta el futuro, que no medidas concretas", explica Calvo.

Viejos retos. Con una agenda a corto plazo donde Europa se juega mucho, la UE no olvida viejos retos: el divorcio del Reino Unido (que no se sumó al pacto fiscal) o la situación en Grecia (un ministro alemán llegó a sugerir su salida del euro). Deberes que se suman al desafío del giro en el seno de la UE. Primera piedra de toque, cumbre informal sobre crecimiento a finales de mes.

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