Las disculpas del rey estaban preparadas, pero fueron sinceras

El rey Juan Carlos, tras recibir el alta hospitalaria.
El rey Juan Carlos, tras recibir el alta hospitalaria.
Paco Campos / EFE
El rey Juan Carlos, tras recibir el alta hospitalaria.

La Casa del Rey ha estudiado en los últimos días cómo afrontar la intensa crispación social con la monarquía provocada por la opacidad del viaje de don Juan Carlos durante una de las semanas más duras para la economía española y su posado –sin fechar– con un elefante abatido en una web sobre safaris que dio la vuelta al mundo el pasado fin de semana.

El rey decidió finalmente pedir disculpas en primera persona, sin comunicado oficial y en una comparecencia sin preguntas ante RTVE y Efe. Las imágenes fueron emitidas por TVE pocos minutos después de ser grabadas.

"Fueron tres frases perfectamente meditadas". El doctor en Comunicación Política de la Universidad Pontificia Santiago Barnés destaca la frase sobre la vuelta al trabajo como clave para determinar la preparación del discurso. "El hecho de que no hablase del deseo de descansar y sí de las ganas de trabajar denota las ganas de redimirse tras el escándalo provocado".

"En cuanto al lenguaje no verbal, es complicado ya que apenas ha gesticulado al estar apoyado sobre las muletas. Su cara parecía realmente triste durante el mensaje, incluso al borde de la lágrima. También es curioso que ha ofrecido unas disculpas sin que nadie le preguntara sobre eso, solo sobre su estado de salud. Por lo demás, ha estado correcto y su indumentaria era la adecuada".

Por su parte, Rafael M. López Pérez, experto en coaching personal y director del Club del lenguaje no verbal, cree que lo más "llamativo" de la comparecencia del rey "es la mirada que refleja su rostro justo antes de pedir disculpas. Presenta una mirada perdida hacia abajo a la izquierda"; estaríamos "ante un signo de vergüenza" que además es "verdadero".

Además, destaca que "aparece una expresión facial sutil" de la que se podría "interpretar una expresión de resignación". Por otro lado, cuando dice "lo siento mucho, me he equivocado", el mensaje "va acompañado de un movimiento vertical de cabeza, diciendo “sí” con su gesto"; cuando dice "no volverá a ocurrir", lo acompaña "con un movimiento lateral de negación".

Esto, según López, "corrobora que su mensaje verbal es totalmente coherente con su mensaje no verbal". Por último, el experto destaca que el rey habla en primera persona, "lo cual refleja un compromiso claro con el mensaje que está emitiendo. Este hecho no es propio de una persona que miente", apunta.

"Por todo ello, podemos concluir que en esta comparecencia, el Jefe del Estado expresa un estado emocional de vergüenza y resignación que es totalmente coherente con su comunicación verbal. Todos los indicadores reflejan que es sincero en su expresión". Las disculpas del rey, concluye, son "desde luego una gran lección de comunicación para muchos de nuestros políticos".

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