La llegada masiva de inmigrantes desde 1996 ha modificado considerablemente la composición de la población española. Tras revisar sus proyecciones, el INE ha contabilizado 152.300 parados extranjeros más en el último trimestre de 2004 y estima que el porcentaje atual de inmigrantes en España alcanza el 8%.

El colectivo de inmigrantes modifica las estadísticas laborales y sociales porque tienen unas características muy diferentes a la de los españoles, ya que, en su mayoría, son personas jóvenes en edad de trabajar, que se concentran en ciertas comunidades autónomas y que ocupan unos puestos de trabajo específicos.

En la última Encuesta de Población Activa, correspondiente al cuarto trimestre de 2004, había 1.564.000 de residentes más en España (mayores de 16 años), distribuidos en ocupados (964.000), parados (152.200) e inactivos (447.000).

Las tasas de paro y actividad superan a las de la población española (76,32% a 55,13% en tasa de actividad, y 13,03% frente al 10,28% en desempleo).

Para el INE, lo más importante de la llegada de los inmigrantes ha sido "su repercusión" en la sociedad y en la economía del país, ya que, la mayoría de los extranjeros se han ocupado en la agricultura, la construcción, el comercio, la hostelería y el servicio doméstico.

Según las últimas cifras oficiales del Padrón, en enero de 2004 había 43.197.684 residentes en España, pero a día de hoy (según datos provisionales) ya hay unas 43.900.000 personas residiendo en España, de los cuales, los inmigrantes representan "algo más del ocho por ciento" y suman unos 3,5 millones en total.