El Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) ha sido condenado a pagar 60.000 euros a una viuda que no fue avisaba de la muerte de su esposo, que había sido ingresado en las Urgencias de la Fundación Hospital de Alcorcón y al que se encontró ya amortajado en la cama que ocupaba en el centro cuando fue a visitarle. La sentencia establece, además, que el hombre sufrió falta de asistencia ya que ni se le practicó prueba alguna ni se le dio de comer. Tampoco se le puso suero para suplir la falta de alimentos durante los cinco días en que estuvo ingresado.

La sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), dictada el pasado 22 de ferebro, considera probado que el paciente, de 72 años, ingresó en las Urgencias el 24 de marzo de 2008. El 30 de marzo, moría de un "fallo multiorgánico" tras pasar cinco días sin medicación y sin comer.

El TSJM especifica que el hombre era un paciente de alto riesgo. No en vano, llevaba más de 15 años siendo tratado de poliquistosis hepática (aparición de múltiples quistes en el hígado)  y litiasis renal (piedras en el riñón). Por ello, se sometía a diálisis desde hacía más de cinco años, cuando fue operado de cáncer de pulmón. Además, su salud había empeorado debido a varias isquiemias (falta de riego sanguíneo) agravadas por su elevado consumo de tabaco.

A pesar de su situación, se le suspendió su medicación habitual en el momento del ingreso. Aunque el servicio de Urgencias solicitó la realización de pruebas "de forma reiterada y urgente durante el periodo de tiempo que permaneció ingresado", solo se le hizo una analítica, la única que consta en su historia clínica. Tampoco se detectó la presencia de sangre en su orina.

El estado de salud del hombre empeoró rápidamente, a pesar de lo cual el hospital no avisó a ningún miembro de su familia. El 30 de marzo, según la sentencia, su mujer acudió al centro "tras varias llamadas sin respuesta y ante la imposibilidad de hablar con él". Al ir a buscarle, encontró a su marido muerto y amortajado, por lo que empezó a gritar hasta que apareció el personal sanitario.

El hospital, según el fallo del TSJM, no había expedido el certificado de defunción, por lo que hubo que realizale una autopsia.

Eva y Olga Hernández, hijas del difunto, explicaron este martes su caso junto a Antonio Navarro, su abogado, y Carmen Flores, presidenta de la Asociación El Defensor del Paciente, a través de cuyos servicios jurídicos se tramitó la denuncia. "Ella fue al hospital, le llevaba el periódico, y se lo encontró así. Se puso a gritar y la echaron de la habitación", relató Eva sobre el día del fallecimiento de su padre en palabras recogidas por la agencia Europa Press.

La presidenta de la Asociación Defensor del Paciente, afirmó que esta situación roza "lo esperpéntico, lo demencial y lo inhumano". También expuso que una de las posibles soluciones para que casos como éste no vuelvan a ocurrir sería la instalación de cámaras en las habitaciones, como ya se hace en Estados Unidos. Esta será una de las cuestiones que planteará al consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, en la entrevista que mantendrán el 16 de abril.

Por su parte, el abogado de la asociación y quien defendió este caso ante la Justicia, Antonio Navarro, ha añadido que los médicos "se olvidaron" de su paciente durante los cinco días que estuvo en Urgencias.