Un cooperante del Movimiento Extremeño por la Paz, Javier Martín Pérez, que se encuentra atrapado en Mali tras el golpe de Estado del pasado día 21, ha dicho este viernes que la situación en la capital, Bomako, es de "tensa calma".

En un comunicado, la ONG extremeña precisa que Javier Martín se encontraba en Bamako, donde trabaja en un proyecto de ayuda humanitaria junto con otras organizaciones de la Federación Internacional Pacifista, cuando se produjo el golpe de Estado que ha llevado a la suspensión de la constitución y al cierre de las fronteras terrestres y aéreas.

El Movimiento Extremeño por la Paz precisa que la situación de Mali, como la del resto de países del Sahel, se acerca a la de crisis humanitaria, agravada por la sequía, lo que hace cada vez más necesaria la intervención de las organizaciones internacionales.

Cuando se produjo el golpe, Javier Martín finalizaba un proyecto que contemplaba, entre otras acciones, el reparto de las cuatro toneladas enviadas en dos contenedores la semana pasada, que contenían comida no perecedera y frigoríficos para medicinas. En la capital se vive, según cita el comunicado al cooperante extremeño, "una extraña calma", ya que aunque "no se ven circular coches y las calles están vacías, de vez en cuando pasa un vehículo militar y lanza varios disparos al aire".

Según la ONG extremeña, al cierre de fronteras terrestres y aéreas se suma la dificultad de no poder acceder a los comercios, bancos y otros servicios que también están cerrados, mientras que la electricidad y las conexiones telefónicas podrían cortarse pronto. A la espera de recibir indicaciones por parte de la embajada española, Javier Martín se encuentra en perfecto estado y se ha ofrecido a la Agencia Extremeña de Cooperación para el Desarrollo y al resto de ONGDs para cualquier gestión que puedan necesitar.