Sus pagas están por encima de la media gallega, que es de 754 euros, e incluso de la nacional, que se queda en los 782 euros. Por debajo de este tope están las demás provincias de la comunidad, especialmente Ourense, que, con 636 euros al mes, se sitúa a la cola de España.

La explicación a estas diferencias está en que «los coruñeses han cotizado más años a la Seguridad Social que en otros lugares de Galicia, donde sus trabajadores vivían del campo y ahora reciben pagas de compensación, que son muy bajas», asegura María Luisa Ansorena, presidenta de la Unión de Pensionistas y Jubilados (UDP). Además, la población de A Coruña es más joven y registra unos índices de envejecimiento menores que en el resto de Galicia.

Siempre puede ser mejor

«Aunque actualmente están bien pagadas, el precio de las pensiones siempre puede ser mejorado», reconoce Ansorena. «Y eso que muchas personas mayores son propietarias de su vivienda, con lo que no necesitan gastar en rentas para vivir», asegura Fernando Wonenburger, vicepresidente de la UDP.

«El sueldo lo destinan a reponer la suela del zapato de tanto pasear», bromea.

Inmigración y la caja única

El colectivo de jubilados UDP mira con recelo a dos fenómenos de actualidad: la inmigración y el Estatuto. El aumento de afiliados a la Seguridad Social crece con la llegada de los primeros, con lo que, dicen, la tarta ha de repartirse entre más. Por otro lado, la distinta aportación de otras comunidades les hace pensar que el reparto de competencias los perjudicará.