Brasil sigue apostando por las mujeres para los puestos de mando. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha encargado la dirección de Petrobras, la mayor empresa del país y la quinta petrolera del mundo, a Maria da Graça Foster.

Para entender la vida de Foster, de 58 años, hay que remontarse a su infancia. Esta química de profesión comenzó como becaria en Petrobras en 1978 y escaló posiciones hasta llegar a ser directora de la división de Gas y Energía. Sin embargo, tiempo atrás, luchaba por comprarse sus útiles escolares recogiendo cartones y latas, mientras pasaba su infancia en una favela de Río.

Apodada "la dama de hierro del petróleo" y considera como una de las 50 mujeres de negocios más importantes del mundo según el Financial Times, nació en el seno de una familia muy pobre en el municipio brasileño de Caratinga. Su madre, harta de los malos tratos de su pareja, huyó con sus dos hijas a una favela de Río de Janeiro, donde pasarían gran parte de su vida.

Aquí Maria da Graça tuvo que trabajar desde pequeña para ayudar a su madre y dos hermanas, recorriéndose las calles y buscando entre la basura para recolectar papel reciclado y poder costearse los libros del colegio, según recoge el diario La Nación.

En su toma de posesión, presidida por los máximos representantes del Gobierno de Brasil, estuvo Dilma Rousseff, con la que mantiene una estrecha relación. Tanto Rousseff como Foster destacaron el hecho de que Petrobras va a ser la primera petrolera que va a tener como directora a una mujer.

Además, la nueva presidenta de Petrobras, fue una de las primeras mujeres en trabajar en una plataforma petrolífera en Brasil, y desde 2007 era directora de la división de Gas y Energía, donde desarrolló combustibles de biodiésel y promovió la construcción de plantas de energía a gas. Bajo su gestión, la división pasó de tener un déficit de 760 millones de dólares en 2007 a ganar 1.700 millones de dólares en 2011.