Así lo refleja una encuesta encargada por el Departamento de Vivienda del Gobierno vasco, que se ha realizado en 400 viviendas de construcción tradicional de las tres provincias, y que fue presentada ayer.
La mitad de las familias vascas conviven con ruidos provenientes del exterior y del interior de los edificios. Más de la mitad de los encuestados se queja del ruido de las tuberías y de la fontanería y un 40% padedece el ruido del ascensor.
Las tareas de bricolaje, la música o las pisadas de los vecinos son otros focos de ruido que soportan uno de cada dos vascos.
Para que en el futuro reine más silencio en los hogares vascos, Javier Madrazo, consejero de Vivienda, apostó por luchar contra la contaminación acústica. Madrazo presentó ayer en el Laboratorio de Control de Calidad de la Edificación un programa informático que permite medir cuántos decibelios se transmiten de un recinto a otro y cuántos transmiten los materiales de construcción.
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