Llega el turno de los policías en la ronda de declaraciones del juicio de los trajes, donde se dirime si Francisco Camps y Ricardo Costa aceptaron prendas de ropa de la trama corrupta Gürtel en atención a sus cargos públicos. Este lunes está previsto que comparezcan como testigos, en principio, cinco empleados más de tiendas y 16 policías que participaron en los registros y elaboraron los informes, a la espera de que lo haga el sastre José Tomás esta misma semana.

La gran cantidad de interrogatorios previstos para este lunes puede hacer mayor el retraso que ya lleva el juicio y, previsiblemente, Tomás no declarará antes de este miércoles.

El juicio cumple este lunes una semana. Hasta el momento, Camps y Costa han evidenciado diferentes estrategias de defensa. El expresidente valenciano ha negado que hubiera regalos porque sostiene que los pagó o devolvió, y se desvincula así de la trama. Costa ha reconocido su amistad con el Bigotes y basa su defensa en que no era cargo público y en un extracto bancario con el que habría pagado parte de un traje.

Otros testigos han rechazado declarar por estar imputados en causas relacionadas (Francisco Correa, el Bigotes, Rafael Betoret) o se han desdicho de las acusaciones, como Isabel Jordán. Por su parte, el exvicepresidente Víctor Campos, ya condenado, reveló que pactó con Camps declararse culpable el día que acabó dimitiendo el jefe del Consell. Dos empleados de Milano descartaron el viernes que los acusados pagaran las prendas.

El retraso acumulado alargará el calendario más allá del 23 de diciembre, fecha prevista inicialmente para el veredicto. Tras la actual fase de testigos llegará el turno de las pruebas periciales y después las documentales, conclusiones definitivas, deliberación del jurado, veredicto y, en su caso, audiencia para fijar las penas.

Defensas y acusaciones saben que, en un juicio con jurado como este, deben convencer a personas de la calle que quizá nunca hayan pisado un tribunal, y no a los magistrados. Es por ello que tanto Camps y Costa como sus abogados han cuidado al máximo este aspecto. Sobresalen Javier Boix, el letrado de Camps, con un lenguaje sencillo y una puesta en escena efectista, así como la fiscal Concepción Sabadell, didáctica e incisiva desde el primer día.