A lo largo de esta madrugada apenas el murmullo y el ir y venir de los periodistas que aguardan junto a la cancela de la casa de La Chipionera han roto la quietud en la calle de Conde de los Gaitanes, en La Moraleja, donde, de puertas adentro, los familiares tratan de sobrellevar estos momentos de dolor.

Su familia apenas se mueve de su lado

Por tercer día consecutivo, las luces de uno de los salones principales de la casa han permanecido encendidas durante la noche y madrugada, y una pareja de guardias jurados, contratados al parecer por la familia de la cantante, estuvo operativo en la puerta de entrada para facilitar el acceso de vehículos y evitar aglomeraciones.

Los únicos movimientos observados pasadas las doce de la madrugada fueron las salidas de dos coches de unos sobrinos de la tonadillera que al tiempo que abandonaban el chalet con semblantes compungidos, manifestaban que su tía Rocío está "igual, estable".

La cantante no empeora

En torno a las tres de la madrugada, Fidel Albiac, la pareja de Rocío Carrasco, hija mayor de la cantante, salió también en su automóvil de la casa familiar de La Moraleja, lo que fue interpretado entre algunos informadores de prensa especializada como indicio de que el estado de La Chipionera no habían empeorado.

La presencia en Villa Jurado de allegados e informadores decreció a primeras horas del lunes, en comparación con el continuo trasiego de visitantes de las dos jornadas anteriores.

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