Un puente para que, unos pocos, disfruten del paraíso

Una torre de casi 70 metros de altura rompe con la armonía.
La tranquilidad es una de las características de esta playa.
La tranquilidad es una de las características de esta playa.
M. Vila
La tranquilidad es una de las características de esta playa.
Un puente une la isla de Toralla con la tierra. Y es que, un paraíso así, no se puede dejar escapar. Sin embargo, el enclave natural dispone todavía de una zona de acceso restringido.Las cinco hectáreas que ocupan se dividen en una zona pública y otra privada. Toralla perteneció al Monasterio de Celanova hasta 1836, y pasó por varias familias hasta que en 1965 se funda la empresa Toralla S. A.

Entre la vegetación nace una torre de viviendas, a las que se unen más de 30 chalets repartidos por la isla. Pero una parte de sus playas es pública.

El arenal tiene 200 metros de largo por 20 de ancho y su arena fina atrae a los que buscan una playa alejada de las aglomeraciones. Sin embargo, algunos la rechazan por la gran acumulación de algas de sus aguas. Más íntima y personal, esta playa cuenta con  público limitado.

Seguridad: Los puestos de socorro más próximos son los ubicados en la Playa de O Vao.

Servicios: El arenal está dividido en dos partes a través del puente, a cada una de las cuales se accede por medio de una rampa.

Accesos

A pie: Situados en la playa de O Vao ha de atravesarse el puente que conecta ambas zonas.

Coche: El único acceso disponible es el puente de Toralla, pero la circulación está restringida a las personas que residen dentro de la isla.

Buses: Ningún autobús llega directamente hasta la isla. Las líneas que más se acercan son la 10 y la 11 de Vitrasa. A partir del 15 de junio, también la C4C, 12A y C3.

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