A las 17:20 horas de este jueves el tranvía de Parla volvió a circular tras algo más de 40 horas de parón. La solución ha llegado después de que la empresa encargada del servicio de mantenimiento, Alstom, alcanzase un acuerdo definitivo con Tranvía de Parla S.A., en el que se reconoce la deuda de 7 millones de euros de la adjudicataria con la primera.

Fuentes de Alstom y de Tranvía de Parla S.A. confirmaron a EFE la firma ante notario de un acuerdo para restablecer el tráfico, entendiendo ambas compañías que el del tranvía es un servicio fundamental para los usuarios. Una vez hecho esto, los empleados de Alstom comenzaron a expedir las certificaciones de seguridad necesarias para que se autorizase la salida de los convoyes.

El acuerdo se basa en el reconocimiento de la deuda contraída con Alstom por parte de Tranvía de Parla S.A., el establecimiento de un calendario de pagos y en la finalización del contrato de servicio y mantenimiento entre ambas.

El servicio del tranvía permanecía suspendido desde este miércoles a causa de la deuda de casi siete millones de euros que Tranvía de Parla S.A. arrastra con la empresa encargada del mantenimiento, que decidió dejar de prestar el servicio. "Por nuestra parte no podíamos hacer más. Casi tres años sin cobrar, dando el servicio y poniéndonos a disposición para llegar a un acuerdo", aseguró a EFE un portavoz de Alstom.

Hasta este jueves, Tranvía de Parla S.A. (sociedad formada por Global Vía -participada por FCC- y Caja Castilla La Mancha Corporación) alegaba que no podía hacer frente a los pagos con Alstom por las deudas que, a su vez, tiene el Ayuntamiento de la localidad contraídas con la adjudicataria y que esta cifra en 48 millones de euros.

El alcalde de la localidad, José María Fraile, reconocía que la mora existía, pero aseguraba que el calendario de pagos se estaba cumpliendo y que era Tranvía de Parla la que no pagaba a Alstom. Este miércoles, sin embargo, la situación daba un vuelco.

A primera hora de la mañana, los trenes no salían de las cocheras porque Alstom no daba el visto bueno a las imprescindibles certificaciones de seguridad. El Consorcio Regional de Transportes ordenaba reforzar el servicio de autobuses urbanos e interurbanos de Parla para suplir la carencia de los vehículos verdes. A continuación Fraile se plantó en la sede del Gobierno regional, en la Puerta del Sol, y aseguró que permanecería encerrado allí hasta que la Comunidad ayudase económicamente al tranvía de Parla.

El alcalde reclamó que el Ejecutivo subvencione el coste del billete como hace con el Metro Ligero de Boadilla (3,7 euros por pasajero en lugar de 0,19 como en la actualidad). Sin embargo, el consejero de Transportes, Antonio Beteta, fue tajante: en 2005, el antecesor de Fraile en la Alcaldía, el hoy secretario general de los socialistas de Madrid, Tomás Gómez, renunció por escrito a que la Comunidad pagase el tranvía. Únicamente se haría cargo del 50% del déficit que generase la infraestructura.

Pese a esa dificultad, el Ayuntamiento acometió la obra y la inauguró en 2007 con un sobrecoste del 40% sobre los 93,5 millones de euros previstos inicialmente y nueve meses de retraso. Los aprovechamientos urbanísticos logrados con la recalificación y construcción del nuevo barrio de Parla Este (30.000 vecinos) servirían para pagar la infraestructura, pero el mercado inmobiliario se hundió arrastrando con él las expectativas de ingresos municipales.

Tranvía de Parla, que tuvo beneficios por 824.000 euros en 2009, ha reclamado a la Comunidad vía judicial 50 millones de euros por el acuerdo con el Consorcio, por lo que desde Parla se asegura que el Ejecutivo está boicoteando la infraestructura. Sin embargo, el equipo de Esperanza Aguirre señala que ha sido la mala administración de los socialistas (con 48 millones de deuda con la adjudicataria), la que ha provocado esta situación.

Este miércoles, el alcalde pasó la noche en la Puerta del Sol y solo abandonó el inmueble este jueves, sin obtener el apoyo de la Comunidad pero tras conocer que existía un acuerdo entre las empresas implicadas. La Comunidad de Madrid se ha comprometido a garantizar el transporte en la ciudad si el tranvía vuelve a fallar, pero solo mediante autobuses. De ninguna manera quiere el Ejecutivo salvar un medio de transporte local a cuya construcción se opuso desde el principio ya que los informes de movilidad indicaban que el transporte rodado era más adecuado.