La juez sobre un indiferente 'Txapote': "¡Pobre mujer! ¡Y encima se ríen estos cabrones!"

  • Lo dijo la juez de la Audiencia Nacional Ángela Murillo ante un micrófono abierto tras la declaración de la viuda de Múgica.
  • Los tres acusados se han negado a obedecer a la juez y no se han puesto en pie.
  • Se enfrentan a penas de entre 38 y 48 años de cárcel por el asesinato de José Javier Múgica con bomba lapa.
Vista general de la salaen la que se celebra hoy el juicio del ex jefe militar de ETA Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote" (sentado de espaldas en primera fila) y otros tres miembros del "comando Argala".
Vista general de la salaen la que se celebra hoy el juicio del ex jefe militar de ETA Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote" (sentado de espaldas en primera fila) y otros tres miembros del "comando Argala".
EFE/Fernando Alvarado
Vista general de la salaen la que se celebra hoy el juicio del ex jefe militar de ETA Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote" (sentado de espaldas en primera fila) y otros tres miembros del "comando Argala".

La juez de la Audiencia Nacional Ángela Murillo ha criticado durante un juicio la indiferencia del exjefe militar de ETA, Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, ante el testimonio de la viuda del concejal de UPN José Javier Múgica, que fue asesinado el 14 de julio de 2001 después de que le colocaran una bomba lapa en su furgoneta. "¡Pobre mujer! ¡Y encima se ríen estos cabrones!", ha dicho.

El comentario, que ha sido recogido por los micrófonos de la sala de vistas, se ha producido al término de la declaración como testigo de la viuda de Múgica, Adoración Zubeldia, que ha relatado entre lágrimas cómo se produjo el atentado. "Salí al balcón y lo vi en una esquina, lo vi que estaba contra un arbusto y que se estaba quemando a la vez que la furgoneta", ha declarado.

Tras considerar "una desgracia" que todavía se encuentre bajo "tratamiento" por las consecuencias que le ha dejado el atentado, ha explicado que su marido recibió "amenazas" antes de ser asesinado e incluso le dibujaron "pintadas con una diana" en la tienda de fotografía que regentaba, en la que además le entraron a robar.

Ha asegurado que su hijo podría haber sido víctima del atentado porque cogía el vehículo "muchas veces para ir a trabajar".

'Txapote', Andoni Otegi y Óscar Celarain, totalmente indiferentes

Txapote, que ha contemplado el testimonio de la víctima sin realizar ningún gesto, y dos de sus compañeros de banquillo --los miembros del 'comando Argala' Andoni Otegi y Óscar Celarain--, se han negado a obedecer a la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, y ni siquiera se han puesto en pie para decir que no iban a participar en el procedimiento, en el que se enfrentan a penas de entre 38 y 48 años de cárcel.

El exdirigente etarra, que lucía una camiseta del 'Ibilaldia Galdakao', una iniciativa en defensa del euskera, se ha limitado a señalar en esta lengua y en tono desafiante que no iba a "participar en el juicio". "He dicho todo lo que tenía que decir", ha añadido después.

Otegi ha guardado silencio a pesar de que el pasado jueves aseguró en otro juicio que se vivían "tiempos en los que esto se tiene que solucionar".

Tanto él como Celarain han imitado a 'Txapote' y, sin levantarse de la silla que ocupaban, se han negado a contestar las preguntas del fiscal Carlos Bautista y del resto de partes.

Una juez que no permanece callada

Episodios similares al de este miércoles ya han sucedido con la juez Ángela Murillo, primera mujer en ser nombrada presidenta de una sección de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, tribunal en el que también fue la primera mujer magistrada, hace ya más de 18 años.

El más mediático sucedió en 2010, cuando, tras preguntarle al exportavoz de Batasuna Arnaldo Otegi si condenaba la violencia y este negarse a contestar, le dijo que ya sabía que no iba a contestar a su pregunta.

Otra muestra fue con el dirigente abertzale Rufi Etxeberia, que al acudir a la vista como testigo se abrazó con Otegi.  Al preguntarle, como es preceptivo, si tenía algún interés en la causa, Etxeberria admitió que su deseo era que todos salieran absueltos, ante lo que la juez respondió: "Entonces, usted de imparcial poco, ¿no?".

Pese a sus reiteraciones, Murillo ya advertida: el pasado 8 de febrero, el Tribunal Supremo anuló una condena a dos años de prisión que una sala presidida por Murillo había impuesto a Otegi por enaltecimiento del terrorismo durante un homenaje al preso etarra José María Sagarduy, al estimar que la juez exteriorizó "un prejuicio acerca de su culpabilidad" al preguntarle si condenaba la violencia de ETA.

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