La cara más dulce de los sellos

Una decena de puestos se apoderaron ayer de la plaza del Ayuntamiento.
Un vendedor revisa su colección ayer en una tienda de Alicante.
Un vendedor revisa su colección ayer en una tienda de Alicante.
Francisco González
Un vendedor revisa su colección ayer en una tienda de Alicante.
Con bastante afluencia de público, principalmente turistas y coleccionistas veteranos, amaneció ayer el mercadillo filatélico de Alicante.

Eso sí, con un ambiente completamente diferente al de todos los demás domingos; según María, «algo enrarecido» por la sombra de la supuesta estafa multimillonaria de Fórum- Afinsa.

Víctima de este timo, J. S. G. puede perder 1.200 euros. «Le dijeron que invirtiera entre 300 y 400 euros en sellos y le prometieron que, gracias a su revalorización, podría ganar un 6% de interés en un año», señala su primo Luis, que es vendedor de uno de los puestos.

Pero, por lo demás, todo ocurrió como de costumbre, porque las cosas en el mercadillo nada tienen que ver con multinacionales empresas. Aquí suelen venir a pasar un buen rato. «Charlamos e intercambiamos sellos, monedas y música», comenta Alfredo, bohemio de vocación y electricista de profesión. Saben que no van a hacerse ricos con las ventas,  pero disfrutan como niños montando sus tenderetes de madera, que resisten semana tras semana el paso del tiempo. Como lo hacen sus sellos.

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