Ramoncín: "Estando en la SGAE he tenido que defender cosas indefendibles"

  • El polémico cantante publica su nuevo disco.
  • "Tengo una personalidad sólida. Si me persigues por el aeropuerto y me insultas, te doy una hostia", comenta.
Carátula del álbum 'Cuando el diablo canta' de Ramoncín.
Carátula del álbum 'Cuando el diablo canta' de Ramoncín.
Emi
Carátula del álbum 'Cuando el diablo canta' de Ramoncín.

Antes de comenzar, Ramoncínavisa: "¿Sabes la putada? Que me encanta hablar". Quizá ello explique su constante presencia mediática: de joven, escandalizó como 'El Rey del Pollo Frito'; de mayor, irritó a los internautas con su defensa de los derechos de autor. Cantante, contertulio, escritor.... Pero sobre todo, un tipo al que le encanta hablar. Ahora publica su nuevo disco: Cuando el diablo canta.

Cuando el diablo canta... ¿qué sucede?

Cuando el diablo canta tiene algo en la garganta. Cuando canta es porque está planeando algo. El bien y el mal libran una batalla desde el principio de los tiempos, y el campo de batalla es el corazón del ser humano. El diablo representa el mal y Dios representa el bien. Lo que pasa es que yo a veces no tengo tan claro que uno sea tan bueno y el otro tan malo (risas). A veces el diablo hace cosas estupendas y Dios hace cosas horribles.

¿Es creyente?

Miro mucho al cielo. Tengo un gran telescopio. Pero siempre lo hago desde el punto de vista de la ciencia, así que me cuesta mucho ser creyente. Me siento más cerca de una postura agnóstica. La fe es un salto al vacío. Me fascina el que la tiene y la siente, pero no es mi caso.

Han pasado 13 años desde su último disco con temas nuevos. ¿No es demasiado tiempo?

Es que hasta el año 90 había grabado 12 discos. Estuve de gira del 75 al 92. Sin parar. En un principio me encantaba, pero acabé harto. Me sentía como parte de una cadena de montaje. Aunque es verdad que tuve la suerte de poder parar y dedicarme a otras cosas. Pero aún así, en el 2000 grabé cinco temas nuevos, en el 2005 un disco de versiones,acústicos, colaboraciones...

Pese al paso del tiempo, se mantiene casi igual que hace mucho tiempo. ¿Cuál es el secreto?

Me cuido mucho. Desde siempre. Apenas bebo, ni fumo. Y nunca tuve nada que ver con las drogas duras: una vez me metí una raya de coca y acabé en el hospital...

¿Cuánto hay de real en la chulería que siempre ha destilado Ramoncín?

Toda mi vida he sido un tío extremadamente educado, y el que me conoce lo sabe. Mi mayor caudal es que sigo teniendo los amigos que he tenido toda la vida. Pero la gente se crea una imagen de ti en base a algo que hayas hecho: si cantas Marica de terciopelo es que eres maricón. Si cantas El Rey del Pollo Frito, lo serás toda la vida. De hecho, cuando tenga 80 años dirán que se ha muerto el Rey del Pollo Frito, cuando realmente se murió en los 70...

Si embargo, su vehemencia le ha traído más de un disgusto...

Soy así: si hay que sacar pecho, lo saco. Tengo una personalidad sólida y valiente. Pero reconozco que he tenido momentos muy de barrio: si me persigues por el aeropuerto y me llamas hijoputa, te doy una hostia. Me duele, no me siento orgulloso de ello. Me sale el barrio. Porque yo me fui del barrio hace mucho tiempo, pero el barrio no se ha ido de mí.

Su férrea denuncia de los derechos de autor tampoco ayudó...

Muchos en la SGAE pensaban como yo, pero callaron como putas. Incluso hicieron declaraciones en público contra los derechos de autor cuando al mismo tiempo se estaban embolsando 90.000 euros por el canon. Ha habido mucho hipócrita.

¿El canon digital fue un error?

Desde luego. No el canon -que realmente no es un canon, sino una compensación por copia privada-, sino su aplicación universal. Eso fue un error. No puedes cobrarle un canon a un tío que se compra un cd para grabar sus fotos. Estando en la SGAE he tenido que defender cosas indefendibles.

Ya no pertenece a la junta directiva. ¿Cómo recibió el varapalo judicial?

Sinceramente, a mí me ha venido bien. La gente ha podido ver en qué lugar está cada uno.

Estando dentro tanto tiempo, ¿no lo vio venir? ¿No olía mal algo dentro de la SGAE?

No había manera de descubrir nada. Si alguien se ha llevado algo, ha tenido que engañar a todo el mundo. Cuando se presentan unas cuentas, están auditadas. En todo caso, eso lo tiene que desenmadejar el juez. En otros casos, como el de Microgénesis, está claro lo que se hacía: comprar por cuatro y vender por diez. En todo caso, hay que probarlo.

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