Los expertos creen improbable que la muerte del joven se deba al mal de las vacas locas

El director del Laboratorio Nacional de Referencia de Encefalopatías Espongiformes, Juan José Badiola, consideró hoy "improbable" que Javier Monge, que murió afectado por la enfermedad Creutzfeldt-Jakob , tenga la variante humana de la enfermedad de las vacas locas como aseguran los padres del joven .

El también presidente del Colegio Oficial de Veterinarios explicó que por las características genéticas del paciente y por la duración de su enfermedad, unos cinco años, "parece improbable" que se trate de un caso de variante humana de la enfermedad de las vacas locas", ya que ésta dura entre uno y dos años.

Además, los datos clínicos y epidemiológicos así lo apuntan, añadió Badiola.

La clave estará en la autopsia

Sin embargo, señaló que lo adecuado es esperar a ver qué determina la autopsia, que se le practicará al joven en la Fundación Hospital de Alcorcón, y que se aclare la causa de la enfermedad.

Los padres de la víctima sostienen que su hijo tenía la variante humana de la enfermedad de las vacas locas, por lo que el resultado de la autopsia será esencial para que conozcan las causas reales del fallecimiento.

La enfermedad está presente

El experto aseguró que la aplicación de políticas de control de la enfermedad, como la eliminación de los tejidos peligrosos y la persecución de las harinas de carne y hueso contaminadas, "proporciona un elevado nivel de seguridad a los ciudadanos".

Si en 2000 hubo más de 600 casos de Creutzfeldt-Jakob en España en 2005 no llegó a los cien, una cifraaún elevada
Advirtió de que la enfermedad
continúa en España "a pesar de que la prensa no hable tanto de ello" y apuntó que si en 2000 se registraron más de 600 casos de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en el conjunto del Estado, el año pasado el número no llegó a los cien, una cifra "elevada" para el experto.

El director del Laboratorio Nacional de Referencia de Encefalopatías Espongiformes añadió que esta enfermedad tiene
un periodo de incubación largo que, en el caso humano de la variante de Creutzfeldt-Jakob producida por contaminación del prión bovino, es de entre siete y diez años, "por lo que un caso que apareciera hoy podría ser el de una persona contagiada en 1995", dijo.

Aseguró que hay que mantener el
plan de vigilancia alto, ya que "es la única manera de dar confianza a los ciudadanos".

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