El Valedor cree que el copago "no afecta directamente al estado de bienestar", que "cambiará" tras la crisis

López, "contrario" a informes vinculantes, avisa de que su labor "no se puede hacer a 600 kilómetros" y de que sería un "retroceso" centralizarla Afirma que su continuidad en el cargo "no le preocupa" y descarta que Francisco Vázquez sea rival, porque "sus aspiraciones van más arriba"
Benigno López, Valedor Do Pobo
Benigno López, Valedor Do Pobo
EUROPA PRESS
Benigno López, Valedor Do Pobo

López, "contrario" a informes vinculantes, avisa de que su labor "no se puede hacer a 600 kilómetros" y de que sería un "retroceso" centralizarla Afirma que su continuidad en el cargo "no le preocupa" y descarta que Francisco Vázquez sea rival, porque "sus aspiraciones van más arriba"

El valedor do Pobo, Benigno López, juzga que "ni el copago ni las privatizaciones afectan directamente al estado de bienestar". "Ocurre que hay una situación de crisis y, lógicamente, hay que vivir en unas circunstancias más restringidas en el gasto y puede ocurrir que la crisis haya cambiado el sistema económico y que el día que se salga de ella no se vuelva a una situación anterior", contextualiza, y apostilla que eso "no quiere decir que el bienestar aquél sea mejor que el que se pueda alcanzar en ese momento, sino que es otra forma de vida".

Lo reflexiona de este modo Benigno López en una entrevista concedida a Europa Press, en la que ha remarcado que existen "ventajas en la sociedad que contrarrestan" los problemas derivados de la crisis económica. Así, defiende que "los recortes deben ser la última medida" que se adopte, en especial, los que puedan afectar a la sanidad o a la educación, pero declina poner el calificativo de "intocable".

"Es que no puede haber nada intocable, porque nadie recorta por gusto. Cuando se lleva a cabo, es porque hay que hacerlo", ha apuntado el alto comisionado del Parlamento gallego, quien ha asegurado que, aunque "esas materias podrían considerarse intocables", las "circunstancias imponen otra cosa". En todo caso, apuesta por "racionalizar el gasto, y sólo acudir al recorte en educación o sanidad cuando no haya otra posibilidad de solucionar el conflicto".

Benigno López ha presentado recientemente el informe anual relativo a 2010. Lo ha hecho después de las elecciones municipales para no interferir en ese proceso, si bien su objetivo marcado es poder publicarlo en el primer trimestre del año, tal y como lo consiguió con el documento referido a 2009 en el pasado ejercicio. "¡Ojalá se pudiese!, pero no va a ser muy fácil en los próximos dos años, por las citas electorales", ha manifestado el valedor, quien ha anunciado que este mes de julio presentará los resultados del informe extraordinario sobre los adolescentes y su relación con internet.

Rechaza modificar la institución

Al respecto de los informes, sobre los que grupos parlamentarios apuestan por incrementar su valor vinculante, Benigno López se ha definido "totalmente contrario" a que los documentos que emite anualmente el alto comisionado estén dotados de poder coercitivo.

"La figura del defensor se basa en la autoridad moral, en la credibilidad que genera ante la ciudadanía a través de su honestidad, independencia, objetividad y su imparcialidad", corrige López, quien, en otro momento de la entrevista concedida a Europa Press, reivindicó su independencia, la cual atribuye a su "formación" jurídica.

"Si los poderes públicos dicen que respetan al Valedor, no hace falta que tenga poder coercitivo, porque estaríamos desnaturalizando la figura del defensor", ha recalcado, para concluir que las funciones de esta institución "están perfectamente definidas". Así, ha garantizado que el seguimiento de las quejas se hace por parte de la institución, que "siempre deja la vía abierta".

"Nosotros resolvemos cuestiones sin atender si esto favorece a un partido político determinado u otro, se le da la razón a quien la tiene", ha aseverado Benigno López, quien admite que ello no significa que él "no tenga ideología".

"Claro que tengo ideología, pero no tiene que influir: es la diferencia entre quien procede de la carrera judicial y entre quien (lo hace) del mundo político", arguye. Por ello, cree que alcanzar la independencia "le costaría mucho más a una persona que arrastrase una militancia política".

Defensa de la pervivencia

Así las cosas, ha hecho una clara defensa de la pervivencia de la defensoría gallega, que "no se puede medir por su coste económico, sino por su labor". "Yo creo que la inmediatez y la mediación entre la ciudadanía y los poderes públicos no se puede realizar a 600 kilómetros de distancia, porque no se conoce la idiosincrasia y porque el volumen de trabajo que tendría que resolver un único defensor estatal haría imposible hacerlo de forma ágil", ha analizado.

En este sentido, puso como ejemplo el caso de las irregularidades denunciadas este año en las oposiciones del Sergas. "Tenga la seguridad de que esa oposición hubiese concluido sin haberse resuelto todas las irregularidades y anomalías que presentaba, y eso se logró por la proximidad", ha evidenciado.

"A lo que me refiero es a que no podemos ir tanto por el gasto, sino por la labor que se realiza", ha aclarado, si bien ha matizado que cada comunidad autónoma es "distinta".

"Estamos hablando de una comunidad histórica, donde hay grupos políticos de carácter nacionalista", ha especificado para el caso de Galicia, tras lo que ha remachado: "Suprimir estas instituciones y centralizarlas sería un retroceso en la democracia. No creo que la sociedad española, y la gallega en particular, vaya por esa vía de volver a tiempos pasados".

Sobre su futuro:

"no me quita el sueño"

Aunque asegura que la valoración éxitos o errores de su gestión en los últimos cuatro años, en los que ha coincidido con dos presidentas del Parlamento (Dolores Villarino y Pilar Rojo) y dos colores políticos en la Xunta (el bipartito de PSdeG-BNG y el PPdeG), corresponde al Parlamento, evalúa su tiempo en la institución como años "de bastante trabajo y mucha ilusión". Por ello, se ha mostrado "satisfecho" con la acción realizada, que extiende a su equipo.

"Yo no pedí este cargo, ni sabía que estaba vacante cuando me nombraron", ha rememorado Benigno López al hablar de su futuro al frente de la defensoría gallega, en el balance de su gestión cuando falta un año para la renovación de este puesto. Sí se siente "totalmente" respaldado por los grupos, aunque admite que "lo que más" le preocupa es verse apoyado por los ciudadanos, mientras su porvenir "no le quita el sueño".

"El 27 de julio (de 2012) cesaré y se abrirá la posibilidad de una renovación, del nombramiento de otro valedor diferente o un periodo en funciones si no hay un acuerdo. No me preocupa. Llegado el momento habrá que plantearlo por ambas partes", ha relatado, y apostilló: "Si a ellos les interesa mi continuidad y a mí me interesa seguir, estaré encantado de hacerlo. Es una cuestión que habrá que plantear en su momento viendo cómo opinan en el Parlamento y cómo opino yo".

Dicho esto, y tras aseverar que no es una cuestión que le "preocupe", puesto que desde el principio se ha tomado esta responsabilidad como un "paréntesis" en su carrera judicial —en la que tiene reservada una plaza en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG)—, ha rechazado que Francisco Vázquez —que ha sonado para asumir la defensoría del Pueblo a nivel estatal—, sea un rival para ocupar este puesto. "No..., no lo pienso en absoluto, creo que las aspiraciones de Paco Vázquez van más arriba", ha declarado.

Sobre la compra de un nuevo vehículo oficial, Benigno López ha explicado que se trata de una actuación para reemplazar el coche después de que hubiese estropeado. "Viniendo por autopista se rompió la caja de cambios y la reparación ascendía a unas cifras superiores (al del coche), y esto nos obliga a sustituirlo", relató Benigno López, quien ha justificado la inversión realizada (de casi 63.000 euros), porque "lo que puede parecer caro, a la larga es barato".

"No hemos hecho otra cosa que sustituir y buscar una inversión de futuro", ha argumentado y avisado de que "con un coche inferior en el que podría estar pensando otra persona, probablemente no se alcanzarían esos años ni esos kilómetros de vida (11 años y 600.000 kilómetros)".

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