La secretaria de Mujer, Cooperación al Desarrollo y Juventud, Kirsten Lattrich, ha saludado este jueves con optimismo la próxima integración del Régimen Especial de Empleadas de hogar en el Régimen General de la Seguridad Social, que se incluye en el Proyecto de Ley de la Reforma de la Seguridad Social que fue aprobado la semana pasada en el Congreso de los Diputados y que está todavía pendiente de ser ratificado en el Senado.

Lattrich y Carmen Carmona, de la Federación de Actividades Diversas de CCOO, han ofrecido una rueda de prensa en Toledo donde han mantenido que la consecución de dicha integración se enmarca dentro del Acuerdo Social y Económico suscrito por CCOO, UGT, CEOE y el Gobierno en febrero de este año, y supondrá el fin a una demanda histórica de CCOO, así como el punto final a "una injusticia arcaica y clamorosa" que han tenido que soportar, en su mayoría, las mujeres.

La integración del Régimen Especial de Empleadas de hogar supone "un logro muy importante" mediante el cual dichas trabajadoras, que históricamente han sido "de segunda categoría" pasarán a ocupar el lugar que les corresponde" a partir de enero de 2012, ha informado el sindicato en nota de prensa.

Además, la incorporación de empleadas de hogar en el Régimen General de la Seguridad Social motivará "la regularización de esta situación y la equiparación de derechos sociales y laborales con respecto al resto de los trabajadores".

Asimismo, según datos de CCOO en la región hay unas 7.300 empleadas de hogar afiliadas al actual Régimen Especial de la Seguridad Social, de las cuales el 65 por ciento de ellas son inmigrantes.

Sin embargo, la cifra real de empleadas de hogar en Castilla-La Mancha ronda las 20.000, por lo que hay unas 12.700 personas (el 98 por ciento mujeres) que están en la economía sumergida y por tanto sin estar dadas de alta en la Seguridad Social.

Entre las mejoras establecidas por el acuerdo, Carmona ha destacado la cotización para estas trabajadoras desde la primera hora de trabajo; el registro de las condiciones básicas del contrato junto con el alta en la Seguridad Social; la prestación de incapacidad temporal por contingencias comunes desde el cuarto día de baja; la plena protección por contingencias profesionales; el acceso a los beneficios de los trabajadores a tiempo parcial para quienes no tengan contrato a tiempo completo; o el incremento progresivo de sus bases de cotización hasta alcanzar el salario real.