Un test para diagnosticar al empleado quemado

  • La Universidad de Zaragoza ha diseñado la primera herramienta-cuestionario que permite un diagnóstico más específico del síndrome de 'burnout'.
  • La prueba diferencia hasta tres perfiles: 'frenético', 'sin desafíos' y 'desgastado'.
Un trabajador en una oficina.
Un trabajador en una oficina.
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Un trabajador en una oficina.

La Universidad de Zaragoza ha diseñado la primera herramienta-cuestionario que permite un diagnóstico más específico del síndrome de burnout o del profesional quemado, al diferenciar hasta tres perfiles diferentes: 'frenético', 'sin desafíos' y 'desgastado'.

Esta nueva definición del síndrome de burnout, realizada por el grupo de investigación multidisciplinar Salud Mental en Atención Primaria del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Zaragoza, formado por expertos en psicología y psiquiatría, ayudará a desarrollar estrategias terapéuticas más ajustadas a las características de cada caso.

El síndrome del quemado

El burnout es uno de los daños más importantes asociados al estrés laboral, un término anglosajón cuya traducción más habitual es estar quemado, desgastado, exhausto y sin ilusión por el trabajo.

Sus tasas de prevalencia oscilan entre un 10% y un 50% de los trabajadores, en función de la profesión, y se detecta mayor afectación en ocupaciones de tipo asistencial o de servicios, como la sanidad o la educación.

El nuevo modelo propuesto a través del Cuestionario de Subtipos Clínicos de Burnout (BCSQ-36) valora el grado de implicación o dedicación a las tareas del trabajo y permite diferenciar entre tres perfiles diferentes de afectados.

Implicación excesiva

El tipo 'frenético' trabaja cada vez más duro hasta el agotamiento, buscando éxitos a la altura de la tensión ocasionada por sus esfuerzos, y se caracteriza por una implicación excesiva, grandes ambiciones y por la sensación de abandono de la vida personal y de la salud en el trabajo.

Está relacionado con el tiempo invertido en las tareas del trabajo y suelen incluirse los sujetos con jornadas partidas, pluriempleo o contratos temporales, situaciones que les obligan a implicarse mucho más para mantener el puesto de trabajo.

Sin retos

El tipo 'sin desafíos' lo conforman trabajadores que se encuentran insuficientemente retados, al afrontar condiciones laborales poco estimulantes y se caracterizan por su indiferencia, aburrimiento y falta de desarrollo personal en el puesto de trabajo.

Generalmente se trata de sujetos que desarrollan tareas monótonas o repetitivas y afecta más a los hombres, debido a que entre los varones las expectativas sociales en el ámbito laboral son mayores.

Falta de control

El tipo 'desgastado', ligado al tiempo que se lleva trabajando en la misma empresa, está formado por sujetos que se rinden frente al estrés o la ausencia de gratificación y se caracterizan por sentimientos de falta de control sobre los resultados de su trabajo y falta de reconocimiento de los propios esfuerzos, así como por el abandono o desatención de sus responsabilidades.

No obstante, el estudio también demuestra que las personas con familia, o que viven en un entorno familiar agradable o con niveles intermedios de formación, presentan cierta protección frente al desarrollo de este perfil.

Un coste de 20.000 millones

La Agencia Europea para la Salud y la Seguridad en el Trabajo estima que en torno a un 55 % de las bajas laborales producidas en la Unión Europea están relacionadas con el estrés laboral y su coste económico anual asciende a unos 20.000 millones de euros.

El burnout tiene consecuencias muy negativas para el sujeto, originando trastornos psicosomáticos como alteraciones cardiorrespiratorias, jaquecas, gastritis, úlceras, insomnio, mareos o psicopatológicos como ansiedad, obsesión-compulsión, sensibilidad interpersonal, depresión, hostilidad, ideación paranoide, alcoholismo y adicciones.

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