PSOE y PP han interpretado de forma distinta la renuncia de tres magistrados del Tribunal Constitucional, aunque de alguna manera se han atribuido mutuamente la responsabilidad última de las mismas.

Por un lado, para el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, la dimisión del vicepresidente, Eugeni Gay, y los magistrados Javier Delgado y Elisa Pérez Vera es una petición a los populares para que tengan una "voluntad clara" de renovar el Alto Tribunal.

El socialista ha recordado en la rueda de prensa tras la reunión de la Permanente de la Comisión Ejecutiva Federal que la situación de bloqueo lleva así muchos años y el PSOE, ha dicho, "permanentemente" ha encontrado "diferencias insalvables" para poder renovar el tribunal.

Iglesias ha pedido en nombre de su partido al PP que "de una vez por todas" sea capaz de entender que "tiene que cooperar y colaborar" para que se produzca la renovación. Al mismo tiempo, se ha mostrado convencido de que el presidente del TC actuará como siempre "con mucha responsabilidad" y el órgano que dirige seguirá funcionando.

Por su parte, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha dicho en otra rueda de prensa -tras la reunión del Comité de Dirección del PP-, y tras comentar que desconocía las razones de la renuncia, que lo ocurrido pone en evidencia la carencia de liderazgo en el Gobierno.

"Es la primera vez que ocurre" algo así, ha explicado, añadiendo que a la situación a la deriva en la que se encuentra el país, se une ahora el "caos" en este tribunal y ha recordado que fue "una mala noticia" la decisión que permitió a Bildu presentarse a las elecciones.

"No tenemos hoy un liderazgo necesario en España, en el Gobierno", ha incidido Cospedal, antes de añadir que con un Gobierno que tomara decisiones no se empezaría a producir "el caos en todas las instituciones".