Más de medio centenar de antidisturbios de la Policía ha sacado por la fuerza a los 'indignados' de Madrid, que permanecían sentados de forma pacífica en la calle Sacramento, próxima la calle Mayor, a donde había acudido este sábado para boicotear la toma de posesión de Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde de Madrid. La sentada ha sido organizada con el objetivo de frenar la salida de los coches oficiales del aparcamiento en donde se encontraban.

Con gritos de "asesinos" y "no a la violencia", algunos de los concentrados han sido arrastrados por el suelo por las fuerzas de seguridad para intentar disolver la concentración y que pudiesen pasar los coches oficiales. En el momento en que llegaron los coches fueron recibidos con pitadas y gritos de "ese coche es mío, me habéis robado el coche".

Según indican los 'indignados' desde el Twitter de AcampadaSol, "nos han levantado a palos junto a la calle Villa y la calle Pretil". La Policía ha arrebatado algunas cacerolas que portaban los concentrados y que previamente habían hecho sonar como manifestación de protesta. Finalmente, ha tenido que quitar un bolardo de la calle Sacramento a golpes con una maza para despejar más el paso y que los coches oficiales pudieran abandonar el aparcamiento con facilidad.

El escenario de protesta se trasladó a continuación a la plaza de Cibeles, en donde estaba prevista la celebración de un acto de la corporación municipal en el Palacio de Telecomunicaciones y nueva sede del Ayuntamiento. Los manifestantes abandonaron la calle Mayor, han pasado por el campamento de Sol y han cortado al tráfico la calle Alcalá y la mitad del Paseo del Prado.

Frente al edificio de la nueva sede del Ayuntamieno, que ha sido vallado y acordonado por la Policía, los 'indignados' iniciaron una sentada pacífica. Controlados por la Policía, simplemente se han limitado a manifestar su descontento con el actual sistema de representación parlamentaria.

Los concentrados han colocado una pancarta en la fuente de Cibeles con el lema www.tomalaplaza.net, la web donde los indignados de este movimiento informan sobre sus actividades. "No estamos solos", "España unida jamás será vencida" y "El mundo unido jamás será vencido" son algunas de las consignas que corearon los manifestantes. Poco después, han formado una cadena humana alrededor de la plaza de Cibeles, provocando problemas de tráfico considerables en los accesos a la plaza, aunque a las 17.30 h de la tarde los congregados decidieron abrir paso a tres autobuses.

Alrededor de las 19.30, han abandonado la madrileña plaza de Cibeles y regresaron a la Puerta del Sol, al grito de "Esta es nuestra casa", para realizar una concentración y la habitual asamblea general de las 20.00 horas.

Momentos antes de la sentada en la calle Sacramento, una barricada montada por la Policía Nacional en la calle Mayor trataba de impedir a los 'indignados' del Movimiento 15-M llegar hasta la sede del Ayuntamiento de Madrid en la plaza de la Villa, concentrados en los alrededores gritando "que se vayan", "no nos representan" y "lo llaman democracia y no lo es".

Los manifestantes se colocaron en tres puntos que fueron acordonados por las fuerzas de seguridad: en la calle Mayor llegando desde San Miguel, otro punto desde Bailén y también en la calle Sacramento, en donde permanecían aparcados los coches oficiales.

Según indicaron desde el Twitter de AcampadaSol, la Policía colocó "vallas en todas las calles a 500 metros a la redonda" del Ayuntamiento.

El objetivo de los 'indignados' era concentrarse ante el Ayuntamiento durante la constitución de la corporación municipal elegida en las municipales del pasado 22 de mayo y la reelección de Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde de la capital.

La Policía vigiló también el acceso a la calle Mayor desde Bailén y el resto de las calles adyacentes, aunque con un dispositivo menor.

Cerca de trescientas personas concentradas en las inmediaciones de la Plaza de la Villa han simulado además el entierro de la democracia, con una parafernalia en la que no han faltado ataúd, falsos sacerdotes y llantos.

Permanecieron concentradas en el acceso a la calle Mayor por la Plaza de San Miguel voceando consignas contra los políticos en general y contra Gallardón en particular.

En un determinado momento han llegado dos falsos curas vestidos con unas supuestas sotanas y personas que acarreaban un ataúd, símbolo de la democracia. Los falsos sacerdotes han pedido duelo por la muerte de la democracia y ha animado a un minuto de llantos, que los asistentes han secundado.

Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid ha indicado a Efe que el dispositivo creado en las cercanías de la Plaza de la Villa era similar a los que se adoptaron este sábado en las proximidades de las sedes de los Ayuntamientos de toda España.

En el caso concreto de Madrid, se tuvo en cuenta que la calle Mayor une la Plaza de la Villa con la Puerta del Sol, que ha sido escenario durante las últimas cuatro semanas de una acampada de 'indignados' críticos con los políticos españoles.