Las claves de la debacle electoral del PSOE en los comicios municipales y autonómicos

Un coche con simpatizantes del PP pasa frente a la sede del PSOE en Ferraz (Madrid) durante la noche electoral.
Un coche con simpatizantes del PP pasa frente a la sede del PSOE en Ferraz (Madrid) durante la noche electoral.
Juan Medina / EFE
Un coche con simpatizantes del PP pasa frente a la sede del PSOE en Ferraz (Madrid) durante la noche electoral.

La urnas hablaron y dibujaron un mapa muy azul para los municipios y autonomías españolas en las elecciones de este 22 de mayo de 2011. El resultado "histórico" del PP barrió a un PSOE que ya anoche, en sus comparecencias públicas, se notaba deprimido.

Antes del Congreso que decidirá el candidato para las generales de 2012 y ver cómo se reorganizará el partido a nivel autonómico y local, es momento para reflexionar, tras una derrota que ha dejado pequeña la de las elecciones municipales de 1995 cuando el PP dio un vuelco similar aunque menor numéricamente ¿Cuáles han sido las posibles razones de esta debacle electoral socialista?

La crisis económica

La principal razón esgrimida por la cúpula del partido: la crisis económica que azota al mundo y a España, especialmente, desde 2008 ha pasado factura, sobre todo por sus consecuencias laborales como el paro. El último dato del desempleo indicaba que había más de 4,2 millones de personas sin trabajo, unas cifras históricas y muy altas en comparación con la Eurozona.

El propio Zapatero ya reconoció anoche que la crisis era el origen de la derrota en las urnas. Los socialistas creen que en toda Europa los partidos que gobiernan han sido castigados por la crisis en todas las elecciones. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el PP también regía muchas comunidades autónomas que no han perdido poder, sino que lo han ganado.

Los recortes

Las medidas para salir de una crisis económica no suelen ser plato de gusto para la ciudadanía y eso se nota. Aunque las políticas de reformas y recortes de los dos últimos años del Gobierno tuvieron el beneplácito de la UE y de otros gobiernos extranjeros que las han llegado a poner como ejemplo, las subidas de impuestos, los recortes (como la reducción de sueldos de los funcionarios, la eliminación del chequebebé, etc.), la reforma laboral (que abarata y facilita el despido) y el retraso de la edad de la jubilación no han jugado a favor del PSOE.

Del mismo modo, parte del electorado de izquierdas se ha sentido traicionado por unas medidas que lejos de ser sociales, se consideran más propias del sistema ultracapitalista que ha provocado la crisis.

Una campaña más nacional que local

Se votaban los gobiernos locales y parte de los autonómicos, pero no lo parecía. La estrategia del PP era reconducir la campaña hacia los grandes temas del país y convertir, como parece que así ha sido, los comicios en un plebiscito nacional. A los socialistas no les ha supuesto ningún punto a favor entrar al trapo y defender, en algunos casos más vehementemente que en otros, la gestión del Ejecutivo.

El movimiento 15-M

Las protestas de la última semana han reventado mediáticamente la campaña, pero no parece que se hayan traducido en un cambio radical en las urnas, quizá por la ausencia de una consigna clara respecto a las elecciones. Sin embargo, sí que pueden haber influido como muestran la cuantía de números de votos nulos y en blanco (juntos suman 552.910; si hubieran formado una fuerza política, sería la cuarta más votada) o el ascenso de algunos partidos fuera del binomio PP-PSOE que criticaba el movimiento, como IU o UPyD.

En cualquier caso, resulta claro que el castigo de este movimiento lo ha recibido el PSOE: los integrantes de estas protestas se corresponden en mayor medida a probables votantes de izquierda.

El voto más fiel del PP

Es una máxima habitual en las elecciones españolas que parece confirmarse una vez más. Al PP parece no afectarle ni los casos de corrupción como 'Gürtel' en Valencia, ni el 15-M, ni otras polémicas. Sus votantes han respondido en las urnas, mientras que el votante socialista parece haber tenido en caso los casos de corrupción en sus filas, los escándalos (como en Andalucía) y la erosión de los ocho años en el Gobierno.

La autocrítica del votante de socialista se ha visto en Castilla La Mancha, Extremadura o ciudades claves como Sevilla, Getafe o Girona. A ello hay que sumar la también clásica dispersión del voto de izquierdas que se diluye entre distintas formaciones (IU, izquierda nacionalista o minoritaria, etc) y el gran número de votos en blanco o nulos, como se decía al hablar del movimiento15-M.

La legalización de Bildu

La irrupción de la polémica formación en el panorama electoral vasco, convertida en la primera fuerza municipal en esa autonomía, ha sido, sin duda, una de las grandes sorpresas de los comicios. A pesar de que la Fiscalía del Estado inició las labores para su ilegalización y que el Gobierno solo ha acatado las sentencias judiciales, muchos, dentro y fuera del País Vasco, achacan al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que la coalición independentista haya llegado a presentarse.

El efecto Zapatero

Jugar con la figura del actual presidente del Gobierno ha sido parte de la estrategia del PSOE. Esperaban desmarcarse del deterioro de la imagen del Ejecutivo anunciando poco antes de las elecciones que no será candidato para las generales de 2012. Otros candidatos autonómicos como José María Barreda (Castilla La Mancha), Tomás Gómez (Madrid) y Guillermo Fernández Vara (Extremadura) llevaban meses desmarcándose sutilmente de las políticas del Ejecutivo.

Ni a unos ni a otros les han funcionado, salvo a Fernández Vara que podría salvar el gobierno extremeño, pero únicamente mediante un pacto con IU.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento