En la tercera planta de la sede (avda. Ramón y Cajal, 4) se han dispuesto varias estanterías en las que cualquiera podrá elegir un libro y dejar los que desee. Las obras «liberadas» se introducirán en un registro informático donde los usuarios también podrán dar sus opiniones en cuanto a la lectura de estos ejemplares compartidos.
Lecturas al sol
Pero la cosa no queda ahí. Los usuarios pueden llevarse los libros a su casa, devolverlos de nuevo a la sede o liberarlos en cualquier otro punto de la ciudad para que los recoja cualquier otra persona interesada.
También pueden dejar un mensaje en las estanterías solicitando algún título concreto para que otra persona lo busque o usar la terraza (con vistas al mar y hamacas) como sala de lectura exterior y soleada, de 11 a 17 horas.
La liberación de libros funciona con éxito en ciudades como Valladolid y A Coruña, donde, además, se realiza en locales de ocio.
Estefanía Navarrete. Estudiante. 16 años. «Me parece muy buena idea. Sin duda, es un incentivo para que la gente dedique más tiempo a la lectura. A ver si así suben las estadísticas de lectores que, según creo, aquí están por debajo de lo normal».
Carlos Gosálvez. Estudiante. 18 años. «Es estupendo. Una forma de que todo el mundo tenga acceso a la lectura sin necesidad de pasar por las librerías y pagar los precios a veces exagerados y poco accesibles para los jóvenes».
Nazaret José. Estudiante. 16 años. «Me parece bien porque me imagino que habrá mucha variedad y así puedes leer de todo. Yo tengo muchos libros que ya he leído y no sé que hacer con ellos. Ahora podré reciclarlos y compartirlos con más gente».
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