«Antes trabajaba en la agricultura, pero en esta casa he encontrado un empleo mejor y una segunda familia», explica Elena. Y es que la joven sólo cuenta con un hermano en España y lo visita algunos domingos, pero el resto de la semana está con Maribel.

El caso de Maribel y Elena es muy común. En Aragón, 3.468 personas se dieron de alta en el régimen de empleados de hogar y 1.367 de ellas eran extranjeras. Según un estudio de UGT, la mayoría de estos trabajadores son de Ecuador (84%), seguidos de los países del Este, y tan sólo el 20,3% tienen contrato. Mejorando el español «Me ayuda con las cosas de la casa y tiene las tardes libres, pero suele estar por aquí conmigo y me hace mucha compañía», señala Maribel. Ambas mujeres pasan mucho tiempo conversando, porque el español de Elena es casi perfecto.

«Cuando trabajaba en el campo no aprendí porque había muchos rumanos, pero ahora ya sé escribir», comenta la joven. Elena está muy contenta porque pronto podría conseguir legalizar su situación en España.

«Mi hijo estaba intentando conseguirle los papeles, pero iba muy lento. Sin embargo, con la nueva ley parece que va a ser más fácil», señala la empleadora. Maribel y Elena podrían pasar por madre e hija y entre ellas se ve una complicidad muy especial.