La restauración del norial de la localidad zaragozana de Velilla de Ebro ha supuesto la recuperación de uno de los conjuntos hidráulicos más singulares de la comarca de la Ribera Baja del Ebro y que por sus características, dos ruedas de corriente situadas de forma paralela, actualmente es único en la península.

Mediante el azud construido en el río Ebro, se derivaban los caudales de agua hacia el casco urbano, abasteciendo al lavadero de la localidad, también restaurado, al molino harinero de dos cárcavos con sus respectivas maquinarias de rodete que movían los elementos para la molienda y al norial de dos ruedas que elevaba el agua hasta el acueducto de distribución a las acequias de riego, explica la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) en un comunicado.

Las transformaciones sufridas por el conjunto a principios del siglo XX con la creación de centrales hidroeléctricas en esta zona de meandros del Ebro y la sustitución de las norias por una turbina hidráulica, alteraron de forma sustancial su configuración, "hasta el punto de quedar prácticamente irreconocible" tanto el acueducto como la estructura de piedra sillar que soportaba las ruedas y añaquiles de recogida de agua.

El Ayuntamiento de Velilla de Ebro, que presenta este sábado a las 12.30 horas el conjunto hidráulico, ha contado en la recuperación del norial con la financiación de la Diputación de Zaragoza y el Gobierno de Aragón, dentro del convenio de obras de acompañamiento de la Expo 2008, y con el impulso de la Comunidad de Regantes de la Huerta de Velilla de Ebro, colaboración que ha permitido llevar a cabo la completa restauración del norial y mejora de su entorno, recuperando una de las señas de identidad más características de Velilla.

Este esfuerzo forma parte de un plan más ambicioso que persigue, en última instancia, la puesta en valor del yacimiento arqueológico de la 'Colonia Romana Lepida Celsa', como eje fundamental que permita crear en el municipio un nuevo sector de actividad: el derivado del turismo y el ocio, complementario a las actividades económicas tradicionales, la agricultura y la ganadería.