Las redes sociales están invadidas, y en este caso la acepción es literal, de un parásito que habita en nuestra piel, que es adquirido (no nacemos con él), está especialmente cómodo en las pieles más grasas y cursa con rojeces e inflamación, provocando picor y una sensibilidad repentina.
Estamos hablando de un ácaro con nombre y apellido, Demodex Foliculorum, que puede estar alojado en nuestra piel haciendo estragos que identificamos con otro tipo de afecciones. Con menos de medio milímetro de tamaño, esta minúscula bacteria se transfiere de unas personas a otras, y se instala en la dermis.
Para saberlo todo sobre este enemigo de la piel casi imperceptible en tamaño, pero no en estragos visibles, vamos a compartir el conocimiento de grandes profesionales expertas en el cuidado de la piel. ¡Demodex, vamos a por ti!
Demodex y sus estragos en la dermis de la mujer
Es muy posible que, llegadas a determinada edad, las mujeres sintamos la piel especialmente sensible. Incluso, pueden aparecer diminutos granos y una relativa sensación de picor que achacamos a los cambios hormonales, la falta de cuidados, una deficiente alimentación o, incluso, a la contaminación. Y en muchos casos, es así.
Sin embargo, en el caso de que observemos que a pesar de trabajar la piel con los productos más recomendados para ello, ricos en activos calmantes como pueden ser la niacinamida, la centella asiática, o el pantenol, la sensación de incomodidad no desaparece, quizá debamos buscar más allá.
Natalia Abellán, directora técnica de Rosalique, nos da la primera pista. "Tener rojeces visibles, o que los granitos se extiendan a otras áreas del rostro, es un síntoma común en pieles con rosácea. Al alterarse fácilmente, hay ocasiones en las que en estas pieles se producen rebrotes con el exceso de frío, o en temporadas de mucho estrés".
Puede que sea 'culpa' de la rosácea, sí, pero si no mejoran los síntomas hasta desaparecer, quizá haya que buscar otro culpable. Y es aquí cuando entra en escena el famoso y minúsculo Demodex.
Demodex, el enemigo silencioso
Muchas os preguntaréis de dónde ha salido este nuevo (y nocivo) personaje. Raquel González, cosmetóloga y directora de educación de Perricone MD nos hace las presentaciones. "Cuando nacemos, no es habitual tener Demodex en nuestra piel. Pero con el paso de los años y según incrementamos el contacto con otras personas al socializar, puede ser que se transfieran y habiten en nuestra dermis".
A pesar de que no existen estudios concluyentes sobre la presencia de esta bacteria entre la población femenina, Estefanía Nieto, directora técnica de Medik8 aporta su conocimiento al respecto: "Demodex es más que habitual. Sobre todo está presente en pieles con tendencia a grasa, ya que habitan en el folículo piloso y se alimentan del sebo. Se estima que, mínimo, lo tiene el 23 por ciento de la población, y no se descarta que el 100 por cien lo hayamos alojado en algún momento de nuestras vidas".
La relación entre pieles con rosácea y Demodex
Aunque es cierto que las pieles que presentan rosácea, especialmente común en las mujeres, suelen ser pieles menos grasas (por lo que Demodex no querría alojarse en ellas), otra profesional de la piel, Marta Agustí (directora técnica de Boutijour), nos explica la relación entre ambos conceptos.
"Las pieles con rosácea suelen tener su barrera protectora comprometida. Puede ser que un tejido que tiene mucho sebo acabe modificando sus patrones debido a la presencia del Demodex, el cual va alimentándose de los lípidos del tejido y lo va erosionando mientras se desplaza con sus ocho garras. Es decir, una piel grasa puede convertirse en seca e hipersensible a causa de este parásito".
Así pues, ésta podría ser la razón por la que muchos brotes que cursan con granitos, y que se alargan en el tiempo, o bien brotes de rosácea, procederían en realidad de Demodex, y no de una patología cutánea como tal.
¿Cómo saber si Demodex está en nuestra piel?
A la hora de 'diagnosticar' que esta bacteria se ha alojado en nuestra piel, la especialista Mireia Fernández, de Omorovicza, aclara: "cuando se sufre de Demodex, la piel suele presentar rojeces como las de la rosácea debido a la irritación que produce en el tejido".
Por lo tanto, si creemos que podemos tener rosácea, acné (siempre que los granitos sean rojos y pequeños, con aspecto blanquecino) o una especie de eccema, y vemos que los tratamientos calmantes no funcionan, habría que descartar el parásito.
Por supuesto, y en todos los casos, será el dermatólogo quien certifique la presencia de Demodex y el tratamiento a seguir. El diagnóstico lo obtendrá a partir de la extracción de una muestra por cristal adhesivo, que se analiza en el microscopio para observar la presencia o no del famoso microbio.
Así es el tratamiento tras el diagnóstico de Demodex
Lo más habitual cuando el especialista de la piel ha diagnosticado la presencia de la bacteria en nuestra dermis, es que nos prescriba un tratamiento por vía tópica a base de cremas bactericidas y antimicrobianas. En paralelo, se pueden utilizar cosméticos específicos que reduzcan los efectos secundarios, y que contengan principios activos como pueden ser la niacinamida o el cannabidiol.
Alertadas ya de la existencia de este minúsculo enemigo, muchas os preguntaréis si existe posibilidad de prevenirlo. Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode tiene las claves para intentar evitar que Demodex 'nos eche el ojo'.
"Los dos gestos imprescindibles se llaman higiene escrupulosa y exfoliación. Al fin y al cabo, se trata de intentar evitar que se acumule sebo y suciedad en los poros para que el Demodex no tenga dónde alojarse ni de qué alimentarse".
Como último consejo, un apunte interesante. "Muchos casos de Demodex suelen venir por pieles maquilladas que no hacen procesos de limpieza exhaustivos con doble limpieza, con un limpiador con base oleosa y otro acuosa, como pueden ser un bálsamo limpiador y un gel limpiador. También se aprecia en gente que no exfolia la piel dos o tres veces por semana, lo que hace que puedan bloquearse los poros con células muertas y grasa".
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