El nombre de la fundación procede de su fundadora, la alemana Gisela Mehnert, y Benjamín, un mestizo de Dóberman que rescató y tocó su corazón durante sus 17 años de vida. "Le pareció terrible la historia de los galgos en nuestro país y con una compañera empezó a rescatar galgos de las perreras hasta formar este proyecto", explica Rocío Arrabal, directora de la fundación. En la foto nos encontramos con Marylène, una tímida perrita con miedo a las personas nuevas al principio. "Rápidamente se vuelve curiosa si le das tiempo, tranquilidad y amor", aseguran. "Por supuesto, todavía necesita aprender las bases de buenos modales de perro, así como a caminar con correa; recuerda que no conoce más que la fundación".
Desde que en 2010 nació la fundación, ha rescatado a miles y miles de perros procedentes de la caza. "El 80 por ciento de los animales que rescatamos son galgos, pero también recogemos podencos y perros de otras razas, así como mestizos", asegura la directora. En la foto se encuentra Domenico, un mastín senior de ocho años "muy tranquilo y sociable que adora el contacto con las personas". "Es muy seguro y se adapta bien a las nuevas situaciones, además es compatible con otros perros y con gatos", agregan.
En todo este tiempo la fundación se ha convertido en todo un referente en España en cuanto al rescate de galgos, por lo que muchos amantes de la raza acuden a ella para adoptar. "Por este motivo es más difícil que salgan adoptados perros de otras razas", expresa su directora. En la foto se encuentra Shelby, que llegó a FBM junto a sus hermanos Marylène y Fabio y junto a su madre Eleanor. "Debido a sus miedos, los cuatro de ellos no deben haber tenido una vida fácil en las calles", comenta.
Como entidad privada, la fundación está siempre implicada en proyectos para buscar financiación con la que poder mantener a los animales. "Contamos con clínica veterinaria, con nuestro propio pienso solidario, tenemos proyectos educativos... Todo lo que podamos hacer para no vivir exclusivamente de donaciones", enumera Arrabal. En la foto nos presentan a Dim, un podenco sociable y lleno de seguridad y confianza. "Se relaciona muy bien con otros perros y personas aunque a veces esa confianza y si juventud le hacen ser algo impulsivo", comenta la directora. "Se adapta muy bien a las nuevas situaciones y sabe caminar de maravilla con la correa".
Otra forma que tiene la fundación de conseguir ingresos es a través de eventos solidarios, como el mercadillo al que asisten cada segundo domingo de mes en el Soho de la Alameda (Sevilla). En la foto podemos ver a Lilo, a quien en la fundación describen como encantador y un alma bondadosa. "Es confiado cariñoso y sociable tanto con personas como con perros", aseguran. "Se adapta de maravilla a las nuevas situaciones y no pierde la oportunidad de recibir y dar cariño. Además, le encanta salir a pasear y es un chico estupendo que encajaría muy bien en cualquier perfil de familia normal".
Por supuesto cualquier persona también puede ayudar a la fundación haciéndose padrino o madrina de alguno de los peludos, haciéndose socio (con una cuota anual), realizando donaciones puntuales o convirtiéndose en voluntario, a parte de adoptar. En la foto se encuentra Rambo, un compañero absolutamente genial, según Arrabal. "Este chico guapo es una verdadera alma alegre, rebosante de entusiasmo por la vida y anhela estar junto a su persona para explorar el mundo", afirma. "Siempre de buen humor, curioso, cariñoso y juguetón, Rambo siempre está listo para una risa o una pequeña travesura".
Para adoptar a algunos de los perretes de la fundación, su directora explica que hay que seguir un proceso que consiste en rellenar un formulario de adopción, un primer contacto y una visita al domicilio (en persona o virtual). En la foto nos presentan a Didoc, un podenco entrañable y cariñoso que aseguran que es super social con perros y personas. "Debido a que llegó muy pequeño al refugio tiene algo de miedo en las nuevas situaciones pero nada que con un poco de espacio y tiempo no pueda superar sin problemas", concluyen.