Los productos de alimentación están generalmente exentos de IVA, según la legislación británica, aunque una de sus pocas excepciones son las patatas fritas. El Tribunal Supremo británico consideró el pasado verano que las Pringles no eran patatas fritas porque contienen menos del 50% del que debería ser su principal componente, la patata, y por su "forma artificial".
La decisión permitía a Procter&Gamble ahorrarse millones de libras, y los consumidores probablemente habrían podido pagar menos. Sin embargo, la Corte de Apelación no está de acuerdo. "Hay suficiente contenido de patata en el producto como para llegar a la conclusión razonable de que está hecho de patata", dijo este miércoles Robin Jacob, uno de los jueces de la Corte de Apelación.
20 millones de libras al año
Las patatas constituyen el 42% de los ingredientes de las Pringles. Según el abogado de Hacienda, Procter&Gamble deberá pagar unos 100 millones de libras por los impuestos que se ha ahorrado en el pasado y unos 20 millones de libras al año en el futuro tras esta decisión.
El pasado verano, el fabricante de las Pringles había argumentado que su producto "se parece más un pastel o una galleta porque está fabricado a partir de masa".
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