El presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, aseguró este jueves que no da "mucho crédito" a las agencias de calificación, y ha dicho que no hay que tomar sus estimaciones "como la Biblia", después de que se conociera que Moody's ha situado en revisión para una posible rebaja la deuda de varias comunidades autónomas, incluida Cataluña.

Asimismo, ha considerado durante un desayuno informativo organizado por la agencia Europa Press, que "tal y como han ido las cosas en los últimos años, ni los mercados ni los ciudadanos deberían hacer caso sagrado de lo que diga una agencia de calificación".

Mas ha recordado que estas sociedades dieron calificaciones máximas a empresas que a las 48 horas quebraron, ocasionando una "tremenda convulsión", en alusión a Lehman Brothers. "Ellas hacen su trabajo, lo respeto, pero no hay que tomarlas como si fueran la Biblia", ha apuntado.

Así, el presidente de la Generalitat de Cataluña ha recomendado "observar el trabajo de fondo que hace cada Gobierno" y su "punto de partida".

Artur Mas ha recordado también este jueves que CiU apoyó con su voto la subida de impuestos y el recorte del gasto impulsado por el Gobierno del PP porque es "coherente" con la necesidad de sanear las cuentas públicas. Más, sin embargo, advirtió de que se trata de un "depósito a plazo" con incluye el cumplimiento de determinadas demandas de Cataluña.

El líder de CiU negó que el voto de su partido esté condicionado por la necesidad de que el PP apoye los presupuestos catalanes, porque la formación, que gobierna sin mayoría absoluta, puede contar con otros grupos parlamentarios para sacarlos adelante.

Mas no quiso desvelar cuál es el plazo de ese "depósito" de confianza que ha dado al PP -dijo que no era "largo" ni "medio" sino "corto"- pero apuntó que dependerá de cuestiones como el pacto fiscal para Cataluña (que le permita cierta independencia tributaria y de recaudación frente al Estado), que el Estado "paque lo que debe" a la comunidad o la necesidad de "recomponer la confianza" con Madrid.

El miércoles, durante la sesión de aprobación del decreto con incluye la subida del IBI y el IRPF y el recorte presupuestario de 8.900 millones de euros, el portavoz económico de CiU, Josep Sánchez-Llibre, rechazó la subida del impuesto de la renta, pero justificó su voto a favor en la "coherencia" y en el "rigor económico".

Este jueves, Artur Mas, añadió que en 2010 ya apoyó el ajuste propuesto por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (que supuso, entre otras, la eliminación del 'cheque bebé' y la reducción del sueldo de los funcionarios) y que, en la actualidad, su propio Ejecutivo está llevando a cabo una profunda reestructuración en Cataluña.

Por ello, insistió  en que el voto de CiU responde a "una política basada en la obligación y la necesidad de una austeridad real y el saneamiento de las cuentas públicas". "O nos lo creemos, o esto va a acabar mal", añadió, para concluir que los valores de Cataluña no son "la pereza, ni el subsidio, ni la autocontemplación".