Un joven narra el bullying que sus compañeros le hicieron en su viaje de fin de curso: "Lo cuento porque ya ha prescrito"

Un 71% de chicos con TEA que sufren 'bullying' por exclusión social o acoso relacional.
El joven ha asegurado que se rieron de él y le nadie hizo nada
Niedring/Drentwett/MITO images/GETTY
Un 71% de chicos con TEA que sufren 'bullying' por exclusión social o acoso relacional.

El bullying, o acoso escolar, es uno de los problemas más graves de las aulas. No son pocos los casos que salen continuamente sobre alumnos que se ven desplazados, amenazados e incluso sufren violencia física por sus compañeros de clase. Por ello, es muy importante siempre avisar para evitar que esto ocurra y concienciar para intentar terminar con esta lacra. 

Historias como la de Vogel, un usuario de X, la red social conocida anteriormente como Twitter, demuestran que todavía queda mucho camino por recorrer. Como así ha compartido en su perfil, recientemente le metieron en un grupo de WhatsApp para hacer una barbacoa, sin embargo, él no quería formar parte. 

"Me han metido en un grupo con gente del instituto que me hacía bullying", ha asegurado. Así, aprovechando que muchos usuarios le han aconsejado que vaya, ha contado lo que sufrió en su viaje de fin de curso: "Esta historia en realidad es graciosa y la cuento porque supongo que ya ha prescrito".

Todo comenzó cuando no le dejaron dormir con sus amigas, que eran chicas. Por ello tuvo que compartir habitación con unos chicos que decidieron reírse de él: "Una mañana dejé el móvil cargando y me fui a desayunar con mi grupo".

Así, mientras él no estaba, ellos le quitaron la funda a su teléfono para tirarla al váter y "mearle encima": "Después de tal alto acto de humor, le volvieron a poner la funda al móvil y fueron a contárselo a los colegas".

"Todos partiéndose el culo, pero uno de estos coleguis se chivó y me lo contó como a los diez minutos. Yo estaba hablando con unos profesores y amigos y literalmente estos tardaron diez minutos y 20 segundos en enterarse del chiste", ha explicado. 

Tras eso, un profesor le acompañó para corroborar lo que había ocurrido, pero de camino se encontraron con uno de los culpables: "Este fue corriendo a seguir riéndose de mí en mi habitación y justo cuando le abrían la puerta lo que se encontraron fue al profe y al menda".

Los chicos se habían puesto a beber en la habitación, por lo que el profesor, al verles, no solo les tiró la botella "recién abierta" sino que además "les echó la bronca": "Durante la bronca, apagué mi móvil y le quité la batería, porque era un móvil antiguo, y dije que no encendía, que estaba mojado y que si se les había derramado Coca-cola encima".

Gracias a eso, el profesor "pensó que estaba siendo buena gente omitiendo lo del pis y que el móvil no funcionaba por eso" y consiguió que todo el mundo creyera que lo habían roto: "Total, que llamaron a sus papis y fueron a comprarme un paquete de arroz para meter el móvil. Yo en realidad lo metí en remojo toda la noche para que limpiase bien y seguí con el paripé. Estuve todo el viaje sin echar fotos y haciéndome el tonto".

Al llegar de nuevo a España, los que habían hecho pis encima de su teléfono acabaron devolviéndole "el valor del móvil" que tenía cuando lo compró y pudo comprarse uno nuevo: Por su parte, su madre se quedó con el suyo porque "seguía funcionando a pesar de todo". 

"Los simpáticos bullies pueden decir que echaron una meada de cientos de euros", ha concluido Vogel en un hilo que supera ya las 90.000 reproducciones. 

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