Una mujer narra en directo cómo se cae un árbol por culpa del viento: "Ea, pues ya no hay palmera"

"Mira, mira, mira", comienza el vídeo de una mujer enseñando cómo el viento azota a una pobre palmera que se queda casi "tumbada". Desde la ventana de su casa, la señora no duda en grabar desde su ventana el movimiento oscilante del árbol.
"Mira, mira, mira", comienza el vídeo de una mujer enseñando cómo el viento azota a una pobre palmera que se queda casi "tumbada". Desde la ventana de su casa, la señora no duda en grabar desde su ventana el movimiento oscilante del árbol.
"Mira, mira, mira", comienza el vídeo de una mujer enseñando cómo el viento azota a una pobre palmera que se queda casi "tumbada". Desde la ventana de su casa, la señora no duda en grabar desde su ventana el movimiento oscilante del árbol.
Secuencia del vídeo en el que se observa cómo cae la palmera.
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El otoño ya está aquí. Ha llegado tarde, pero contundente, no solo por la bajada de las temperaturas o las lluvias en muchas partes de la península, sino por los fuertes vientos que azotan al sur de España. Y es que, si por dos cosas se conoce a la costa de Andalucía, es por la potencia del aire y la gracia de su gente. Por ello, cuando ambos se unen, aparecen momentos de lo más divertidos. 

"Mira, mira, mira", comienza el vídeo de una mujer enseñando cómo el viento azota a una pobre palmera que se queda casi "tumbada". Desde la ventana de su casa, la señora no duda en grabar desde su ventana el movimiento oscilante del árbol. 

"Ay, madre mía", no para de decir la mujer. "Mira, mira, mira. ¿A que se cae la palmera?". Cada vez más cerca del suelo, el árbol no dejaba de moverse. Pero no solo eso, las hojas de otras plantas también se llegaban a meter en la habitación de la comentarista: "Mira dónde llega la palmera, uy, uy, uy. ¿A que se cae? Mira, y esto es mi dormitorio. Las ramas se meten". 

Frente al viento, un valiente se atreve a cruzar la calle con un paraguas, un detalle que a la mujer no se le pasaba por alto: "A este se le va a volar el paraguas". Dicho y hecho, como si viera el futuro: "Se le ha volado". Y es que, como bien se pregunta: "¿Para qué lo abre aquí, con el viento que hace?". 

Aunque el interés por el hombre se pierde por completo, al igual que su camino sigue. Porque de la misma manera que este se intenta defender del aire, la palmera sigue su lucha contra las fuerzas de la naturaleza. Y la mujer está ahí para narrarlo.

"Mira, mira, mira", vuelve a enfocar al árbol. Pero, antes de poder decir nada más, lo que se venía esperando pasa al final. En tono de sorpresa, aunque sabía qué ocurriría, la palera se desploma. Asustada ante la situación, la mujer se mete dentro de casa, pero el rigor periodístico (y la curiosidad) es más fuerte.

Orgullosa de su premonición, el siguiente plano es del árbol en el suelo: "Se cayó la palmera. ¡Hala, se ha caído la palmera ya! Lo estaba viendo. Estaba diciendo: 'A que se cae la palmera' y se ha caído". Es entonces cuando la mujer demuestra sus dotes artísticas. 

Con una voz cantaría, como la de un feriante animando al público a subirse a una atracción, comienza a decir en repetidas ocasiones: "Se ha caído la palmera, señores. Lo estaba diciendo, que se iba a caer. Y se ha caído. La palmera. Se ha caído la palmera. En directo. En directo se ha caído la palmera. En directo. Lo estaba viendo. Ea, pues ya no hay palmera".

Como así informa la mujer, no ha habido daños materiales, más allá de la pobre planta: "Menos mal que se ha caído para allá". Así finaliza la retransmisión, no sin antes recordar, por si alguien no se había enterado, que "se ha caído la palmera" y, lo más importante, "en directo". "Ea, borro", es su sentencia final. 

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