Si algo enseñó Aquí no hay quien viva es que las comunidades de vecinos no son espacios realmente tranquilos o pacíficos. La convivencia de las zonas comunes puede ser muy complicada y quejarse de las cosas que incomodan puede dar pie a situaciones muy incómodas o violentas.

Por eso, en los últimos años se ha puesto muy de moda dejar carteles escritos a mano por los pasillos. Una manera anónima de evitar conflictos que ha empezado a mostrar como es la gente en realidad. 

El último ejemplo es una típica queja sobre ruido y olores que ha recibido una respuesta única hasta el momento. "Hace mucho ruido y se huele de marihuana", ha asegurado un vecino.

20MINUTOS

"Manténgase en silencio, por favor, ¡sobre todo después de las 12:00 de la noche!", suplicaba un conviviente anónimo en un cartel pegado a la puerta. 

Una petición que no ha gustado nada a quien la haya recibido, porque ha dado su más sincera respuesta. "El consumo personal en un domicilio es completamente legal", ha comenzado explicando. 

"Al igual que poder hablar", ha señalado ya de manera pasivo-agresiva: "Si tiene problemas con el ruido, insonorice su casa o cierre las ventanas", le ha sugerido. 

Por si acaso el enfrentamiento no estuviera ya servido, le ha dado una posible solución. "Otra opción es irse a la mitad del bosque", le ha sugerido. 

"Un saludo", ha concluido, con un corazón que expresa de todo menos amor y cariño y que, sin duda, dará comienzo de un claro choque entre vecinos. Otro más.

No hacen caso al aviso de un vecino y amenaza con declarar la guerra al culpable: "Convertiré esta comunidad en un infierno"

Este verano, en redes sociales, se hizo viral un amenazante cartel situado en el ascensor después de que uno de los vecinos desobedeciera la petición de una vecina de no ir al baño mientras "cambiaba la bajante" en su domicilio.