El antiguo encargado de la morgue de Harvard, acusado de robar restos humanos y venderlos en una red de tráfico nacional

La Harvard Medical School, en Boston, en 2015.
La Harvard Medical School, en Boston, en 2015.
Pat Greenhouse / The Boston Globe / Getty
La Harvard Medical School, en Boston, en 2015.

La Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Medio de Pensilvania ha anunciado que Cedric Lodge, de 55 años, junto a otras personas, ha sido acusado formalmente por un gran jurado federal de cargos de conspiración y transporte interestatal de bienes robados. Esos bienes, según el fiscal federal Gerard M. Karam, eran restos humanos robados para su posterior venta.

Las acusaciones y la información que ha aportado el abogado hablan de una red nacional que compraba y vendía restos y órganos humanos que eran sustraídos de la Harvard Medical School —la Escuela de Medicina de Harvard—, ubicada en Boston, Massachusetts, y de una morgue de Arkansas entre los años 2018 y 2022.

Lodge era el encargado de la administración del depósito de cadáveres del Programa de Donaciones Anatómicas en la Facultad de Medicina de Harvard. Además, no solo habría robado partes de cadáveres donados para investigación médica y educación antes de sus cremaciones, sino que incluso se las habría llevado a su casa en Goffstown, en el vecino estado de New Hampshire.

Allí, él y su esposa, Denise Lodge, los habrían vendido a otros acusados (llamados Katrina Maclean y Joshua Taylor) a través de llamadas telefónicas y contactos online. En ocasiones, ha llegado a explicar el fiscal, Lodge habría permitido que estos otros acusados entrasen en la morgue de la Facultad de Medicina de Harvard para examinar los cadáveres y elegir cuáles querían comprar. Taylor incluso habría transportado él mismo los restos hasta Pensilvania.

En este estado, los revendían con ánimo de lucro a Jeremy Pauley, quien a su vez también compraba otros restos humanos robados a Candace Chapman Scott, empleada de un depósito de cadáveres y crematorio en Little Rock, Arkansas, donde sustrajo partes de los restos mortales de los difuntos antes de incinerarlos, incluidos los cadáveres de dos bebés nacidos muertos y cuyas familias habían pedido las cenizas.

Uno de los grandes compradores, que durante los cuatro años llegó a intercambiar 100.000 dólares con Pauley, Matthew Lampi, también ha sido detenido y acusado. "Algunos delitos desafían la comprensión", ha declarado el fiscal federal Gerard M. Karam.

"El robo y tráfico de órganos y partes de cadáveres ataca la esencia misma de lo que nos hace humanos. Es particularmente atroz que tantas de las aquí víctimas se ofreciesen voluntarias para permitir que sus restos se usasen con fines educativos para los profesionales médicos. Que se aprovechasen de ellos y ellas y de sus familias por dinero es espantoso. Con estos cargos, buscamos asegurar cierta justicia para todas estas víctimas", ha finalizado Karam, dando las gracias a la Facultad de Medicina de Harvard por su cooperación.

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