Cuando alguien gana un premio de lotería sustancioso, sus reacciones pueden ser imprevisibles, pero casi todo el mundo piensa en gestos de alegría desmesurada.

En cambio, los hay que se lo toman con calma. Es el caso de Stan Ismond, un jubilado de Abernethy, Saskatchewan (Canadá), que este mes de abril ganó un premio de 100.000 dólares (67.000 euros) en la lotería estatal.

Stan se despertó a la mañana siguiente de haber sellado su boleto y revisó sus números en la aplicación Lotto Spot mientras su esposa permanecía en la cama.

Después de enterarse de su victoria, Ismond continuó tranquilamente con su rutina diaria y luego volvió a la cama un rato. "No quería despertar a mi esposa. Internamente, estaba diciendo '¡yuju!'", declaró el hombre en palabras recogidas por el Mirror.

"Es increíble. Es uno de los mejores sentimientos de la historia", dijo el eufórico anciano canadiense, que ha dicho que tiene previsto usar el dinero en inversiones.