El pasado miércoles 26 de marzo, minutos antes de las 6 y media de la mañana una abuela junto a su nieto vieron a pocos metros de distancia a un tiburón que, aseguran, " era mucho más largo que algunos de los barcos que había amarrados". Según los expertos, se trataba de un tiburón peregrino, el segundo más grande en tamaño después de el tiburón ballena.
La peculiaridad de la escena es porque no se encontraron al animal en alta mar, sino en el puerto de St. Ives, perteneciente al condado de Cornualles, en Inglaterra, donde pasaban unos días de visita.
Olga Knighton dice que madrugaron para ver el amanecer y no esperaban encontrarse con una sorpresa como esta. En el vídeo que tienen sobre estas líneas pueden comprobar su ilusión al ver el tiburón mientras susurra unas palabras con su nieto para no asustar al animal.
"Fue increíble verlo tan cerca, tuve mucha suerte y mi nieto estaba muy emocionado", reconoce Olga.
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