Hace unos días el magnate Elon Musk, dueño de Twitter, hacía una encuesta a través de esa red social. "¿Debo renunciar como jefe de Twitter? Me atendré a los resultados de esta encuesta", decía. 

Ya cerrado el cuestionario, con 17,5 millones de votos la respuesta de la comunidad de Twitter ha sido sí. El 57,5 % de los votantes opina que Musk debe renunciar a dirigir Twitter y el 42,5 % querría que se quedara. 

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A la espera de si Elon Musk cumple su palabra, lo que dejaría el puesto de director de Twitter libre, el rapero Snoop Dogg ha decidido burlarse de la situación haciendo su propia encuesta. "¿Debo dirigir Twitter yo?", les preguntaba a sus 20,8 millones de seguidores. 

Al cierre de este artículo y a apenas 11 horas de cerrar la consulta, habían votado ya 1,5 millones de cuentas, de las cuales el aplastante 81,2 dijo sí a que Snoop Dogg dirija Twitter y sólo un 18,8% que preferiría que no lo hiciera. 

La encuesta de Dogg es posterior a otro tuit de Musk en el que hacía una reflexión sobre las ansias de influencia: "Los que quieren el poder son los que menos lo merecen", decía el magnate en uno de sus últimos tuits publicados. 

Musk ha estado publicando tuits enigmáticos en las últimas horas, como este: "Como dice el refrán, ten cuidado con lo que deseas, ya que podrías conseguirlo". Como decimos, aún no se ha pronunciado sobre qué pasará con la dirección de Twitter ahora. 

Lo que sí está claro es que las pocas semanas que Elon Musk lleva al frente de la red social han sido muy polémicas, primero con el despido masivo de trabajadores de Twitter, además de muchos directivos y después, con la restitución de cuentas que estaban suspendidas, como la del expresidente Donald Trump, al que se le cerró el perfil tras alentar el asalto al Capitolio de EE UU. 

Por otro lado, Elon Musk mandó suspender cuentas de periodistas que supuestamente informaban sobre las actividades del magnate y su familia, supuestamente por ser peligroso para su seguridad, así como una cuenta que informaba de los movimientos de su jet privado para denunciar la contaminación que provoca (a pesar de que específicamente no lo haría para proteger la libertad de expresión), todas ellas usaban datos públicos.