Todo el mundo tiene algún guilty pleasure (placer culpable), desde una canción que no te atreverías a poner en una fiesta con amigos, hasta combinar la crema de cacao con chorizo.
El mundo perruno no es menos y sus miembros también pueden tener gustos y apetencias "poco comunes", como es el caso de Olive, un adorable bulldgog francés.
Este peludo no puede parar de comer saltamontes como si se tratase de pipas, y tal es el vicio que tiene por la ingesta de estos insectos que comenzaron a sentarle mal.
Su dueña, cansada de seguir cada uno de sus pasos cuando pisaba el jardín, y correr detrás de él cuando capturaba su "snack", decidió ponerle una máscara a modo de bozal para evitar que continuase ingiriendo estos bichos.
El aspecto que luce el can es, cuanto menos, peculiar y en cierto modo hilarante, es por ello que se ha convertido en el auténtico 'Hannibull-dog Lecter', por su semejanza con el mítico personaje creado por el novelista Thomas Harris y que inmortalizó Anthony Hopkins.
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