La australiana Stephanie Matto saltó a la fama en su país en el reality 90 day fiance y ahora tiene 124.000 seguidores en TikTok. Algunos de los cuales, por cierto, tienen gustos de coleccionista... raros. 

Y es que la joven, según adelantaba La Vanguardia, comenzó una exitosa carrera como empresaria en la que su producto principal eran sus propios pedos. 

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Según la propia Stephanie ganaba casi 50.000 dólares (unos 44.000 euros) semanales vendiendo tarros que contenían supuestamente sus gases. Teniendo en cuenta que cada tarro costaba 500 dólares, eso harían 100 botes con pedos a la semana. Demasiados gases. 

Y, de hecho, aquella línea de negocio se vio frustrada porque la joven comenzó a tener problemas intestinales y debió cambiar de dieta. Pero nada mejor que ser tu propio jefe y tu propia fábrica, así que cambió de producto. 

Ahora vende pequeños viales con sudor de sus senos. De hecho, tiene muchos vídeos en su TikTok en el que explica cómo se pone al sol de su piscina para empezar a sudar y cómo recoje el líquido, que después vende por 500 euros a personas de todo el mundo. 

"Me encanta sentarme junto a la piscina y llenar los frascos con el sudor de mis senos, pero también es un trabajo duro, no se engañen", dice en uno de esos vídeos. 

Cabe destacar que por más que cueste creerlo el mercado de los fetiches es extenso y contentar las parafilias de algunas personas es un negocio en alza. 

A esa ola se subió, por ejemplo la exconcursante de Supervivientes Steisy. "Vendo bragas usadas por internet y chanclas de la playa usadas también", anunciaba un día en el plató. 

Las prendas íntimas, de las que documenta cuánto tiempo las llevó puestas o qué hizo con ellas, se vendían a un precio de 400 euros la unidad, en páginas web especializadas en este tipo de transacciones.