Uno de los eventos más estrambóticos del mundo volvió a celebrarse este domingo después de dos años de parón. Se trata del Festival del queso rodante -en inglés, Cooper's Hill Cheese-Rolling and Wake-, una cita que aúna tensión, diversión y golpes y queso. 

El festival, que se celebra en el distrito de Gloucester, en Reino Unido, suele tener lugar el último lunes del mes de mayo, aunque en esta ocasión se pasó al domingo debido a la celebración del Jubileo.

Como cada año, los competidores deben atrapar un queso Gloucester que se arroja por una colina inclinada. Este alimento se tira por la pendiente y, solo un segundo después, los corredores deben ir a por él.

Esta actividad puede llegar a provocar grandes caídas por la velocidad con la que corren los concursantes, que se arriesgan a sufrir algún que otro susto: en 1993, por ejemplo, llegaron a registrarse cuatro heridos graves.

En esta edición se celebraron varias carreras en las que participaron 25 corredores, aumentando la complejidad con respecto a otros años por el clima húmedo del fin de semana.

Mientras los ganadores de las dos primeras carreras fueron habitantes locales, los de las posteriores venían de otras localidades, incluso de países distintos, como Bélgica. De hecho, al evento acudieron personas procedentes de Corea del Sur. 

Durante el día se registraron algunas lesiones, aunque ninguna de ellas es de gravedad.