Una anciana impedida, ayudándose de dos muletas, se embarcó en la no poco valiente aventura de cruzar una calle de seis carriles en Kaliningrado, Rusia. La cosa no prometía nada bueno, pero gracias a la entrega de un conductor y de los bomberos, pudo conseguir su objetivo. 

En un primer momento la anciana comienza a cruzar por un lugar no indicado, muy despacio y en medio del tráfico. Entonces uno de los conductores se percata del peligro y se cruza en medio de la calle para bloquear dos carriles y permitir que la anciana cruce. 

Después, superadas unas vías del tranvía que por fortuna no pasa en ese momento, la anciana se dispone a cruzar el otro sentido. 

Es entonces cuando los bomberos, que pasaban por allí, cruzan su camión invadiendo el sentido contrario, creando un espacio seguro para la señora. Además, varios de los bomberos se bajan de vehículo y hacen una cadena humana para parar la circulación y acompañan a la anciana al otro lado, para seguir su camino poco después.