Las agencias inmobiliarias chinas pagan a los llamados "probadores de casas encantadas" para que pasen al menos 24 horas en propiedades "estigmatizadas" con el fin de convencer a los posibles compradores de que son completamente seguras.

Las propiedades inmobiliarias en las que se han producido "muertes no naturales" son realmente difíciles de vender, especialmente en los mercados en los que la superstición y la creencia en fenómenos sobrenaturales son fuertes.

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En Japón, de hecho, hay una agencia especializada en la comercialización y venta de este tipo de propiedades estigmatizadas, porque no son realmente atractivas para el mercado general. Pero en China se toman las cosas con otro enfoque: las agencias inmobiliarias pagan a probadores de casas encantadas para que pasen, al menos, una noche en casas de reputación problemática y demuestren que no están encantadas.

Estos probadores de casas encantadas, por un precio, viajan por todo el país y comprueban cada rincón de estos viejos hogares para demostrar que son completamente seguras para vivir en ellas, o intentarlo, al menos, según ha relatado el periódico South China Morning Post.

Según Zhang, un experimentado comprobador de casas encantadas que cobra 1 yuan chino (14 céntimos) por cada minuto que pasa en una propiedad estigmatizada, la mayoría de las veces son agentes inmobiliarios y clientes supersticiosos los que requieren sus servicios. Es decir: por 24 horas, ganaría 14,40 euros aproximadamente.

En el caso de este aventurero, pasa, al menos, 24 horas en la propiedad y a menudo llama por vídeo para demostrar a sus empleadores que no hay nada de qué preocuparse: "Los nuevos propietarios no se atreven a visitar la propiedad, así que pagan a otra persona para que lo haga, para ver si es segura".

Un empleo que se suma al perfil de trabajadores que, desde China, intentan mantenerse a flote y complementar toda jornada laboral posible para alcanzar un estado económico suficiente para vivir: "Este trabajo no es adecuado para trabajar a tiempo completo, pero puede ser flexible como ingreso extra". 

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"La gente que hace este trabajo tiene que viajar por todo el país, sin saber cuál será su próximo destino. Algunos de mis amigos dicen que es un trabajo fácil, sólo hay que dormir una noche y cobrar. Me piden que les busque clientes, pero la mayoría tienen miedo, muchos se rinden tras el primer intento", ha añadido Zhang.

Se trata de un trabajo donde el perfil buscado por sus contratantes no exige demasiado, ni experiencia previa: solo hace falta valor, un poco de tiempo libre semanalmente y, por supuesto, firmeza ante cualquier susto que pueda pegar cualquier visitante inesperado durante la noche.