El abandono de Simone Biles de los Juegos Olímpicos de Tokio es el tema más comentado en los últimos días. La salud mental ha tomado el protagonismo central de las competiciones y ha abierto un debate nunca antes visto. 

Aunque las lesiones físicas son reconocidas como motivos suficientes para retirarse de un campeonato, muchos están teniendo problemas entendiendo por qué las lesiones emocionales o mentales son igual de relevantes. Especialmente en la gimnasia artística. 

Simone Biles está recibiendo muchas críticas por haber priorizado su bienestar a las medallas de oro y, más allá del estigma de las enfermedades mentales, también se debe al escrutinio que recibe por ser mujer. 

La cómica Paula Púa ha conseguido representar perfectamente el doble rasero del que provienen los detractores de Biles con este tuit, que cada vez tiene más apoyo en redes sociales. 

Bajo la opinión de numerosos internautas, es muy habitual ver a deportistas masculinos representar sus sentimientos de frustración y ansiedad en la pista, pero muy poco corriente que reciban criticas por ellos. 

Otra usuaria de Twitter ha comparado a la gimnasta con Nadal y ha señalado las ocasiones en que el tenista ha decidido no presentarse a competiciones para recuperarse. Esas ocasiones el mallorquín no ha sido llamado "cobarde" y es ahí dónde está la diferencia. 

Las reflexiones sobre lo que en realidad ha sido un acto de valentía de Simone Biles inundan las redes sociales estos días. La estadounidense ha conseguido con su plataforma señalar y recordar a todas esas deportistas que no dijeron 'basta' y acabaron gravemente lesionadas o, peor, muertas. 

El estrés que acompaña al deporte de alto nivel no es algo que se resuelva rompiendo raquetas o camisetas, es algo mucho más complejo. 

La conclusión final de todo el debate es que tanto hombres como mujeres deportistas deberían tener en sus equipos psicólogos que les ayuden a manejar sus sentimientos, algo que ha sido tabú hasta ahora.