Gijs Schalkx, es un joven inventor y estudiante de ingeniería holandés que ha construido un motor para su moto que funciona con gas metano que él mismo extrae de lagos y charcas de su ciudad. 

Lo ha llamado Sloot Motor (sloot significa algo así como zanja'  en neerlandés) y consigue una velocidad máxima de 43 km/h y una autonomía de unos 20 kilómetros. 

La moto arranca con gasolina, pero después el motor de explosión se alimenta gracias al metano que se acumula en un depósito de cristal en la parte trasera, dentro del cual hay un globo con el metano. 

Para recolectar el gas el joven pone un artefacto flotador en cualquier pantano ornamental de su ciudad. El ingenio, con forma de embudo, recoge el gas que va saliendo del fondo, mientras Gijs Schalkx lo remueve, metido en el agua y provisto de botas de pescador y un rastrillo. 

Después, mediante una manguera y una bomba de aire pasa el gas del aparato flotador a su motocicleta. El proceso para llenar un depósito para esos 20 km le lleva nada menos que ocho horas, lo que garantiza que serán "los mejores 20 kilómetros de su vida, no tienen precio", según el joven.

"Si este mundo en el que vivimos es la causa del colapso global, la sobreextracción de recursos y la desigualdad en todo el mundo, ¿por qué seguimos aferrándonos a esta idea de progreso mediante el crecimiento?" reivindicaba el estudiante.

"Conducir un coche eléctrico no significa que estés exento del circuito petrolero por el que discurre nuestra sociedad. Echar más dinero a un problema no lo solucionará, somos el problema y tenemos que cambiar", decía el joven, que ha construido el ingenio como un medio más para denunciar nuestra mala relación con el planeta.