Una pareja de jubilados se convierte en un ejemplo a seguir por su lucha contra el avance del desierto

  • El matrimonio ha plantado un oasis en el tercer desierto más grande de China que supera las 266 hectáreas.
La pareja cultiva árboles resistentes a la sequía.
La pareja cultiva árboles resistentes a la sequía.
SOUTH CHINA MORNING POST / YOUTUBE
La pareja cultiva árboles resistentes a la sequía.

Tububatu y su esposa, Taoshengchagan, una pareja de jubilados que viven en una aldea a las afueras de Badain Jaran, el tercer desierto más grande de China, han pasado todos los días, desde que en 2002 se jubilaron, luchando contra el avance del desierto.

Otros intentaron hacer lo mismo antes que ellos, pero fracasaron. Sin embargo, Tububatu comenzó plantando solo 50 árboles, pero no se quedó ahí y continuó duplicando sus esfuerzos. Ahora, planta miles de árboles nuevos al año. Así, su pequeño oasis en el desierto se extiende por más de 266 hectáreas y cuenta con decenas de miles de árboles resistentes a la sequía.

Con solo el dinero de sus pensiones, la pareja de jubilados ha cultivado lenta y cuidadosamente su pequeño bosque desértico y, pese a que la mayoría de las plantas son resistentes a la sequía, ambos aseguran que los riegan, al menos, una vez al día para asegurarse de que prosperen.

Ambos se quedaron en su aldea, situada a casi 100 kilómetros de la ciudad más cercana, haciendo caso omiso de sus hijos, que deseaban para ellos un hogar más hospitalario. Además, la pareja no lo ha tenido nada sencillo, pues algunos miembros de su propia comunidad se han esforzado por ridiculizar su acción, haciendo hincapié en que es muy posible que fracasen.

Pese a las habladurías, durante los últimos 19 años, la pareja no tiene intención de detenerse y, además de repoblar el desierto, Tububatu también se gana la vida con el cistanche, una de las plantas que cultiva que cuenta con propiedades medicinales y puede venderse por hasta 100 yuanes (12,77 euros) el kilogramo.

China Daily informó de que la pareja había plantado, hasta ahora, más de 70.000 árboles y gastaron más de un millón de yuanes (más de 127.000 euros) de sus ahorros en el proceso. Las duras condiciones de trabajo, además, han afectado a su salud y ambos parecen mayores de la edad que tienen. No obstante, se niegan a abandonar su batalla contra el avance del desierto.

El esfuerzo de Tububatu y Taoshengchagan ha conllevado que reciban varios premios y reconocimientos y se han convertido en una gran inspiración para los ambientalistas de todo el mundo.

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