Hostel La Pedriza: volver a abrir las puertas a la magia de la naturaleza

Teresa Beteta dejó su trabajo para levantar un alojamiento en la Sierra de Guadarrama; hoy, se recupera de los meses de confinamiento gracias a su buen hacer y la ayuda de sus vecinos.

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Teresa abre las cortinas de una de las habitaciones de su hostal. De frente, el Yelmo, uno de los riscos más populares de la Sierra de Guadarrama, parece saludar al visitante. 

“La Pedriza es mágica”, repite ella una y otra vez. Muestra cada una de las vistas desde las ventanas como si fuesen joyas guardadas durante siglos. Enamorada desde niña de la montaña, a la que escapaba cada vez que podía, decidió hace unos años dejar su trabajo como creativa de publicidad en el centro de Madrid para dar forma a su nueva vida, que se encontraba a tan solo cincuenta kilómetros: en Manzanares el Real, a los pies de la sierra.

“Hice lo que no se debe hacer, y eso es la verdad”, afirma; no obstante, en su cara asoma una sonrisa mientras mira la sala principal del hostel que levantó con sus propios medios. “Me costó tres años, con ayuda de familiares, amigos y algo de dinero del banco”, explica. Cuando llegó la pandemia, el Hostel La Pedriza llevaba abierto algo más de un año.

En su corta trayectoria, Tere -como todo el mundo la conoce en el pueblo- ha visto pasar por sus habitaciones a gente de Nueva Zelanda, Estados Unidos o Canadá. Ha presenciado, entre las mesas de la zona común, nuevas amistades y hasta una historia de amor que ha terminado en boda. Sus huéspedes siempre vuelven, explica ella, “incluso los que están en la otra punta del mundo”.

“Abrí el hostel con ayuda de familiares, amigos y del banco”

El cierre y la solución

Como tantos otros negocios, el Hostel La Pedriza cerró al público el 14 de marzo. “Todos nos quedamos bastante plof, con mucha incertidumbre”, recuerda. Ante esas nubes negras, decidió dar un paso para combatir el agobio y echar una mano a la gente del pueblo. “Estos tres meses he estado trabajando, sin cobrar, dando de comer a niños, ancianos y familias en el hostel”, cuenta.

En Manzanares El Real los vecinos actúan como una gran familia. Un miembro más es la directora del Banco Santander en la oficina del municipio. “En este pueblo hay una directora de banco maravillosa, y se acordó de mí cuando empezó el Estado de Alarma. Me llamó y me dijo: Tere, ¿te podemos ayudar?”, rememora. “El ICO me dio liquidez para que pudiera pagar el resto de las nóminas, solventar los primeros días y pagar a proveedores”.

“Los vecinos del pueblo se toman aquí su cafelito o su caña y aportan lo que pueden”

No fue la única ayuda que recibió. Las personas del pueblo se asomaban a su puerta para preguntar en todo momento; hoy, la nueva terraza que han colocado en uno de los lados del hostel rebosa vida. “En lugar de comprar una cerveza y tomársela en casa vienen aquí, se toman su cafelito o su caña y aportan lo que pueden”, explica la dueña.

Desde que volvió a ofrecer las habitaciones, han sido muchos los familiares de vecinos que han reservado en su negocio para pasar unas noches de visita en La Pedriza. “Me paran por la calle y me dicen ‘te va a ir bien, bonita, vamos a hacer todo lo posible para que te vaya bien’. Y sí, la gente del pueblo está haciendo que me vaya bien”, sentencia.

Conservar la magia

El día antes de la reapertura, Teresa no pudo pegar ojo. “Estaba tan nerviosa como la primera vez que abrimos”, cuenta; el miedo a la nueva situación se relajó cuando el calor de la gente envolvió de nuevo su local.

Con la temporada alta en ciernes, ella no pide mucho. “Lo que necesitamos es que venga mucha gente a dormir, a comer y a disfrutar de nuestro entorno”, anima. Insta a mimar, a proteger esos parajes, ya que “si cuidamos los espacios naturales, ellos nos cuidan a nosotros”.

No para de recomendar esta tierra, perfecta para escaladores y paseantes que, dice, “te atrapa”. Su ritmo de vida ahora es otro: pasea cada día después de echar un vistazo al cielo, visita algún bar de la zona para desayunar y se pone en marcha.

“Vamos a tratar a los clientes como reyes, como si estuvieran en el Ritz”

Con suerte, en diez años gente de todo el mundo seguirá respirando naturaleza en La Pedriza. “Me imagino el hostal lleno de gente muy joven; de mis niños de ahora, que serán jóvenes entonces. Y hasta arriba de montañeros y de mucha vida”, aventura Teresa. “Dentro de diez años y ahora, vamos a tratar a todos como reyes, como si estuviesen en el Ritz”, asegura, divertida.

La magia existe; está escondida en las pequeñas cosas. Tere confía en que el Yelmo, el embalse de Santillana y el río Manzanares seguirán ahí. “Nos va a ir bien; y lo que tenga que venir mañana, ya vendrá”.

Los préstamos ICO, concedidos por el Banco Santander y orientados a autónomos y empresas independientemente de su tamaño, permiten aumentar la liquidez con condiciones y plazos de financiación flexibles. En la situación actual, han ayudado a muchas empresas afectadas por la pandemia a salir adelante a pesar de todo.


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Texto: Beatriz Langreo | Vídeo: Pablo Ballesteros | Proyecto: Fedra Valderrey