Vinícius Jr. fue el autor del 1-0 del partido entre Real Madrid y Osasuna, y no fue con un gol cualquiera, sino con un auténtico golazo. El brasileño cogió el balón en la frontal del área, levantó la vista y no dudó en disparar lo justo para que Rubén no llegase pese a su estirada.

Tocó mínimamente en Raúl Navas, pero no se puede restar mérito a la espectacular parábola. Ni siquiera gritó, sólo se puso a llorar.

La manera en la que Vinícius lo celebró lo dice todo. Tantos meses sin ver portería, casi ocho, tantas críticas por su falta de gol y tantas dudas hicieron mella en el ánimo del joven futbolista, que estalló en lágrimas de alegría. Nacho, primero, y el resto de sus compañeros después fueron a consolarle y felicitarle. Tanto se vino arriba que a continuación estuvo a punto de hacer el segundo, si bien esta vez falló.

Vinícius es uno de esos futbolistas a los que se les presupone clase y técnica. Tiene regate y velocidad, pero sus fallos de cara a portería le han convertido en objeto de seria duda entre la afición blanca y de burla entre la rival. Este gol, sin duda el mejor de los que ha hecho vestido de blanco, le vale para reivindicarse y sacar pecho en un equipo en el que tiene mucha competencia.